A pocos días deberán celebrarse las elecciones del Comité Olímpico Dominicano (COD), y el momento exige que se diga con responsabilidad toda la verdad sobre esa entidad que ha manejado más de 500 millones de pesos bajo una lluvia de acusaciones y denuncias de corrupción, hasta de sus propios miembros.
Pienso que omitir esos hechos, sería adherirse a un acto de complicidad bochornoso.
Y yo pregunto: ¿Acaso no sabe el miembro del Comité Olímpico Internacional, Luis Mejía Oviedo la desconfianza y la falta de credibilidad que existe sobre el COD? ¿Alguien se atreve a dudar que el CRESO y don Felipe Vicini no se sienten cómodos con tantos escándalos en esa entidad rectora del olimpismo?
¿O acaso somos tan ingenuos para no saber que Francisco Camacho y Ministerio de Deportes tienen todos los expedientes de liquidación con las falencias e indelicadezas de algunas federaciones?
¿Y quién en su sano juicio puede creer que el presidente Luis Abinader no está enterado de los líos y la falta de credibilidad del COD? ¿Ignoran acaso las autoridades de ética el famoso escándalo de los viáticos de Tokio? Dineros públicos que se tomaron sin hacer el viaje.
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¿Y quiénes ignoran que doña Milagros Ortiz Bosch ha recibido innumerables quejas sobre el manejo económico de esa entidad que en los próximos días decidirá su suerte? ¿Es de personas serias omitir que existe un documento emitido por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo, donde da a conocer hallazgos espeluznantes sobre el manejo económico del COD?
El momento que vive el olimpismo no requiere en estas circunstancias de observadores indiferentes sino de personas que se atrevan a decir la verdad. ¿Y cuál es la verdad? Pues que las autoridades les están dando a los federados la oportunidad de presentar una nueva imagen, una oportunidad de cambiar la percepción que existe sobre esa entidad.
Dicho más claro: si presentan más de lo mismo y se equivocan reeligiendo a Colin Acosta y algunos impopulares, óiganlo bien, bajo ningún concepto el gobierno invertirá los recursos del pueblo en una entidad cuestionada.
Insisto, el Movimiento Olímpico ha recibido un perdón generalizado, sólo en espera de que sus miembros afiliados, sepan hacer los cambios que demanda el momento.
Yo estoy convencido de que el periodo de dos años transitado por Antonio Acosta, Colin, ha sido de transición.
Ahora está en juego recobrar la confianza, pero para eso, hay que soltar el amiguismo y pensar en el futuro del olimpismo, de lo contrario, la institución se irá a pique, pues el COI, MIDEREC, la Comisión de ética y el mismo presidente Abinader, tendrán que reaccionar ante el descalabro del COD.
Por: Ramón Rodríguez