Corría el mes de abril de 1896, cuando el rey Jorge 1 de Grecia, expresó con voz emocionada: ‘’ Declaro abierto los primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas’’. Esa proeza que daba inicio a los Juegos Olímpicos Modernos, fue obra del ilustre Pierre Fredy de Coubertin, – barón de Coubertin, quien buscaba estos juegos como un medio para alcanzar un fin: la búsqueda constante de la paz, amor y confraternidad en un mundo atizado en guerra por el imperio otomano.
128 después, el mundo está en llamas. Los conflictos: Rusia-Ucrania, Israel- Palestina, atentado al expresidente, Donald Trump, una alarmante crisis migratoria, fuertes impactos negativos del cambio climático y más de 700 millones de seres humanos en pobreza extrema.
Ante este tétrico panorama mundial, se yergue a niveles infinitos la inmensa figura del barón Pierre de Coubertin al concebir los Juegos Olímpicos como una siembra de paz en tierras infecundas que deben ser fertilizadas.
También te podría interesar: Enfoque debe ser los Juegos de París 2024
No hay peros que valgan. Todos los obstáculos han sido salvados, y si bien la ministra de deportes del gobierno francés, Amélie Oudéa-Castéra y la alcaldesa Anne Hidalgo, tuvieron que darse un ‘’ Chapuzón’’ en el río Sena para demostrar al mundo la pureza de sus aguas, luego de un siglo de contaminación, el escenario ya está listo para que 10, 500 atletas, levanten orgullosamente sus símbolos patrios y muestren a este mundo desbocado, la otra cara de la moneda.
En esta fiesta mundial del deporte, la cultura y la diversidad étnica, estará nuestra República Dominicana, representada por los hijos de Juan Pablo Duarte y todos nuestros grandes próceres.
El gobierno dominicano que encabeza el presidente Luis Abinader y el Ministerio de Deportes que dirige Francisco Camacho, han hecho las inversiones necesarias para que nuestra delegación tenga una digna representación.
La laureada gimnasta estadounidense Simone Biles y el keniano Eliud Kipchoge, bicampeón olímpico en Maratón, añadirán más luces a la ciudad luz. Ambos tuvieron que superar muchos obstáculos emocionales.
Enviamos 57 dignos compatriotas. Marileidy Paulino y nuestras reinas del Caribe serán foco de atención por su trascendencia en eventos mundiales.
El 26 de julio inicia la gran fiesta de la juventud y todos nos unimos al llamado de paz para el planeta que hace el Papa Francisco. Elevamos fervorosas plegarias por éxito y la seguridad del evento, pues no podemos olvidar que uno de los nuestros: el dominicano Luis Mejía Oviedo, es miembro del Comité Olímpico Internacional, entidad que organiza la justa.
Nos preparamos pues para gritar a todo pulmón: ¡Qué linda en el tope estás, dominicana bandera, quien te viera, quien te viera, más arriba, mucho más!