“Siento que pagué la deuda pendiente que tenía con los fanáticos”.
Así se expresó el jardinero Mel Rojas Jr. tras conectar el hit dorado, la noche del miércoles, para que los Tigres del Licey se alzaran con la anhelada corona 23 en la pelota dominicana, luego de superar 4-1 en la final a las Estrellas.
“Esto significa mucho para mí”.
Rojas Jr. indicó que se sentía con una cuenta pendiente con los fanáticos azules, a raíz de ausentarse por espacio de cinco temporadas del béisbol invernal.
“Desde que me integré di lo mejor de mi y lo dejé todo en el terreno ofensiva y defensivamente”, señaló el patrullero, quien bateó de 4-3 y fue el responsable de las dos vueltas que necesitaron los azules para superar a los orientales y casarse con la gloria.
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Mel narró su trayecto hacia el plato en la parte baja del décimo episodio donde enfrentó al lanza llamas derecho Ronel Blanco, quien mostró ser el brazo más confiable durante la temporada.
“Sabía que sería un enfrentamiento duro y difícil, porque Blanco es un lanzador difícil y con buenos lanzamientos”, dijo el ambidestro, el cual reveló que tuvo que recortar su swing para poner la pelota en juego.
“Yo simplemente quería aportar a la corona, quizás luego entienda el significado de ese hit de oro, pero simplemente quería aportar y lo logré”, añadió Rojas Jr., que terminó la final bateando .353, con OBP de .476 y slugging de .529, producto de seis imparables, un jonrón, cuatro remolcadas e igual cantidad de anotadas.
El jardinero dedicó el campeonato a Dios, “sin Él nada sería posible”. También se lo dedicó a su familia y a toda la fanaticada azul.
