Ramón Rodríguez
Quienes todavía habitamos el planeta tierra, hemos recibido este nuevo 2023, repleto de esperanza y con inmensos deseos de hacer de la República Dominicana, un país más próspero, pero, sobre todo, enfocados en recuperar, aunque sea a costa de una estrella, los valores sociales, como el amor, tolerancia, respeto y honestidad, sembrados éstos con esmero por Salomé Ureña, Ercilia Pepín, Socorro Sánchez, Rosa Smeter, Abigail Mejía y el padre espiritual de todos los hijos de Quisqueya: Juan Pablo Duarte.
Los dominicanos que todavía creemos en el país y que no estamos dispuestos a salir huyendo y abandonar la tierra donde vivirán nuestros descendientes, debemos honrar el sacrificio de nuestros próceres.
Desde esta columna periodística, la cual he realizado con independencia absoluta de criterio, he planteado temas diversos sobre el deporte nacional, sobre todo, el olimpismo.
Siempre estaré en disposición de debatir sobre la base del respeto a las ideas, cualquier tópico, encaminado a imponer un régimen de consecuencia para que reine la pulcritud y la transparencia en el deporte.
En este nuevo año del 2023, los ojos del deporte están puestos en los nuevos miembros del Comité Olímpico Dominicano, quienes han llegado al COD, enarbolando un discurso de transparencia y de cambio.
Sostengo que lo del COD es simple, sencillamente deben hacer lo correcto: una reforma estatutaria que establezca límites a los presidentes del COD y a los federados. Los nuevos estatutos deben estar amparados totalmente por la Carta Olímpica y hasta por la Constitución de la República.
No solamente en la política se cometen imprudencias, sino también en el deporte. Sería una mayúscula imprudencia, coquetear con federaciones que tienen que poner muchas cosas claras, como Esgrima, Triatlón entre otras, que además son excluyentes en sus estatutos.
Este nuevo COD no puede fallar. Está obligado a lidiar con los intereses deportivos que son normales. Lo urgente ahora es recuperar la credibilidad perdida.
El punto claro de divergencia, es la selección de un miembro cooptado, pues el ministro de Deportes, Francisco Camacho, tiene una aceptación de más de un 95 por ciento, en caso de que acepte tal distinción.
Ahora bien, por razones de equilibrio, el otro miembro cooptado, debe ser propuesto por José Manuel Ramos, quien, al deponer sus legítimas aspiraciones a la presidencia del COD, hizo posible el triunfo del ingeniero Garibaldy Bautista.
Igual reconocimiento hacemos a Luis Chanlatte, quien, hasta el momento, ha obrado como un ente de equilibrio. Sólo restaría consensuar y evitar fricciones innecesarias.
Un simple encuentro entre Francisco Camacho, Garibaldy Bautista, Luis Chanlatte y José Manuel Ramos, salva esa situación para iniciar un COD armonioso en el 2023.