Los Ángeles.- Los Angeles Lakers firmaron este jueves una victoria muy valiosa y contundente ante los Golden State Warriors y que llegó por el camino más insospechado, ya que Malik Beasley y Austin Reaves tomaron las riendas del equipo en lugar de LeBron James y Anthony Davis (124-111).
La extrema dependencia de sus estrellas ha sido un motivo constante de discusión en los Lakers en los dos últimos años con un fondo de armario descompensado y poco fiable.
Las operaciones justo antes del límite del mercado ampliaron ostensiblemente la profundidad y variedad de la plantilla angelina y esta noche fueron Beasley (25 puntos con un fantástico 7 de 11 en triples) y Reaves (17 puntos con un perfecto 6 de 6 en tiros) quienes alzaron la voz para sellar el triunfo local.
LeBron consiguió 13 puntos (con un pobre 5 de 20 en tiros de campo), 9 rebotes y 8 asistencias y Davis se quedó en 12 puntos y 12 rebotes con solo 3 de 5 en intentos a canasta.
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Frente a la limitada aportación de sus referentes brilló el juego coral de unos Lakers en los que anotaron puntos 12 de sus 13 jugadores y que llegaron a ganar de 28 en el último cuarto antes de relajarse en los últimos minutos.
Con solo 23 partidos por delante tras el parón del All-Star, estos renovados y en ascenso Lakers (28-32) han sumado dos victorias seguidas y convincentes ante dos rivales directos para entrar en los playoff- los New Orleans Pelicans (120-102) y unos Warriors mermados sin Stephen Curry y Andrew Wiggins (este por razones personales).
La única mala noticia para los de púrpura y oro fue la lesión de D’Angelo Russell, que abandonó el partido por un esguince en el tobillo derecho.
Klay Thompson (22 puntos) y Jordan Poole (16 puntos) fueron los más destacados de los Warriors (29-30). Muchas figuras del mundo del deporte y el espectáculo acudieron al primer partido de los Lakers tras el All-Star como el cantante Bad Bunny, el actor Denzel Washington, el boxeador Saúl ‘Canelo’ Álvarez o los futbolistas Javier ‘Chicharito’ Hernández y Riqui Puig.
BEASLEY Y REAVES PIDEN PASO
Con 8 puntos en los tres primeros minutos, incluyendo dos triples, Beasley confirmó que los Lakers necesitaban como agua de mayo el fichaje de un especialista en el tiro.
Los angelinos perdieron 6 veces el balón en el primer cuarto, pero sus descuidos los compensaron con un juego muy equilibrado, tanto que 9 de sus 10 jugadores que pisaron la cancha en el arranque anotaron al menos un punto. Con todo ello y el escaso 3 de 12 en triples de los Warriors, los Lakers cerraron el primer periodo por delante (31-23).
Un espectacular “alley-oop” de Dennis Schroder -pasando sin mirar- a LeBron, que destrozó el aro tras remontar la línea de fondo, abrió un segundo cuarto en el que los Lakers mantuvieron el control frente a unos Warriors sin chispa hasta entonces Pero tras el 51-38 con 4.36 por jugarse, Golden State reaccionó.
Thompson sumó 5 puntos en esos últimos minutos y Poole se salió con 9 tantos consecutivos para que los de Steve Kerr dejaran algo fríos a los Lakers antes del descanso (59-56).
Ni LeBron ni Davis acapararon los titulares del tercer cuarto. En su lugar fue un hiperactivo y brillante Reaves, con 13 puntos solo en ese periodo (4 de 4 en tiros de campo y 4 de 4 desde la línea de personal), el que comandó el ataque angelino con varias acciones espectaculares para que los de Darvin Ham, con una fe renovada en sus capacidades defensivas, lograran un +16 que amenazaba con fundir a los Warriors (81-65 con 6.07 por jugarse).
Golden State trató de agarrarse al partido con los rebotes ofensivos, pero los Lakers no bajaron la guardia y aterrizaron en el último periodo con un sólido 95-80. Los visitantes se quedaban sin tiempo para inventarse una remontada épica y LeBron enterró definitivamente sus esperanzas con una penetración que puso el +20 con 10 minutos por jugarse, momento en el que Golden State tiró la toalla y retiró a sus figuras del encuentro.