No es un secreto que el problema de la movilidad en la ciudad de Santo Domingo, agravado por la deficiencia de un sistema de transporte público, ya obsoleto y escaso, y un parque automovilístico creciendo cada año a niveles insostenibles son asuntos a los que se les ha prestado tardía atención en los diferentes gobiernos.
La Ciudad Colonial no se escapa a esta incómoda realidad. Llegar a ella se dificulta y los parqueos siempre resultan insuficientes, aún más ante el aumento de los atractivos culturales y de ocio que van sumándose en la Zona. No ayudan a paliar los problemas estructurales la escasa educación de muchos de los conductores y la impunidad para quien invade las aceras o incumple las normas de tránsito.
Plan piloto de electrobuses
Los responsables del Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial han tenido desde el inicio de la primera etapa de los trabajos muy presente este reto.
Se han ido estudiando diferentes vertientes. Desde un plan de alianza público privada para la construcción de parqueos hasta estudios de flujo de tráfico para impedir que la Ciudad Colonial se convierta en el atajo de las líneas de transporte público (conchos) entre los barrios que la circundan y el Malecón.
Se han puesto en marcha nuevas soluciones, como la construcción ya iniciada en noviembre de 2023 por la Administradora de Fondos de Inversión Reservas (AFI Reservas) de un edificio de parqueos y galerías comerciales en los alrededores de la intersección de la Avenida Mella y la Arzobispo Meriño, en el sector Santa Bárbara. Es un proyecto que contempla habilitar 351 estacionamientos públicos y 1,970 metros de locales comerciales y forma parte de los proyectos del Plan Nacional de Parqueos.
Pero la cuestión no es solo parquearse. Primero hay que llegar. El Programa contempla un Plan Piloto de Electromovilidad para conectar los museos de la Plaza de la Cultura con los de la Zona Colonial. El centro histórico albergará 17 paradas de estos electrobuses y dos paradas más se apostarán en las inmediaciones de la Línea 1 del Metro.
Aunque el proyecto se encuentra en fase preliminar, todavía en la evaluación de la empresa operadora del Plan Piloto, ya ha despertado interés y controversia. Conectarlo con la Plaza de la Cultura tiene sentido y potenciar su radio de acción con una línea de Metro es lo más pertinente. Pero para algunos residentes, la idea de que autobuses, eléctricos o no, pasen el día transitando por las estrechas calles no es la mejor solución o la que mejoraría su calidad de vida. Parece, explica una vecina, “que piensan más en los visitantes que en los residentes.“
El proyecto todavía está en pañales y no se ha socializado con los vecinos, que debaten en sus asociaciones el futuro de la Ciudad Colonial. El presidente de la República se ha referido a los diversos planes de inversión con una expresión que no termina de convencer: “zona temática“.
Definir la personalidad de un centro histórico es fundamental para conservar su patrimonio inmobiliario y social, impulsar su economía y mantenerlo vivo. Conjugar los intereses de los residentes con los de los visitantes y su interdependencia, es clave. Ni convertirlo en un parque temático en el que se pierda su identidad (que es la que atrae visitantes) ni dejarlo que evolucione sin guía ni inversión porque entraría en decadencia. La población de la Ciudad Colonial se mantiene en cerca de 8,000 vecinos. No crece.
Turismo cultural
La movilidad hacia y dentro de la Ciudad Colonial es clave para desarrollar un turismo cultural. No solo para los residentes en Santo Domingo, también para los millones de turistas que podrían desplazarse desde los polos de “sol y playa“ hacia la capital. Potenciar el turismo cultural no es una aspiración nueva pero sin esas conexiones eficientes no es factible pensar en ello.
Pedro Malagón, en su libro “Turismo Dominicano, 30 años a velocidad de crucero“, obra auspiciada por el Banco Popular, ahonda en las vertientes de este segmento que se expande hacia el turismo religioso, con las mejores muestras de arte sacro en la misma Ciudad Colonial, turismo gastronómico, con indudables muestras en el casco histórico, turismo de carnavales, con las mejores expresiones de en pueblos del interior, turismo de grutas y espeleología…
Sí, la movilidad es un problema grave de la capital dominicana y la Ciudad Colonial se encuentra en estos momentos definiendo la suya. ¿Calles peatonales, electrobuses, más parqueos, una nueva parada de Metro en sus cercanías…? Todo sigue en estudio, mientras la recuperación de las calles, museos y monumentos avanza a buen ritmo.