Las grandes obras son hechas no con fuerza, sino con la perseverancia”.
Samuel Johson
“Las personas no son reconocidas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito”.
Thoms Alva Edison
José Offerman dirigió las tropas de los campeones del Licey como un comandante de 5 estrellas.
Fue una serie final de grandes tensiones y había que tomar decisiones de mucha envergadura.
El capataz de los Tigres nunca tuvo miedo para mantener la misma alineación, escoger los lanzadores de acuerdo a su criterio, enviar al box al relevista que consideraba más oportuno y dio una tremenda confianza a su cerrador Jairo Asencio.
Pienso que fueron decisiones inteligentes, que ahora se ven fáciles, pero bajo esa presión, había que tener temple y cabeza fría.
Offerman siempre consultó con Jairo Cuevas, coach de picheo y todo su cuerpo técnico que fue de gran valìa.
El flamante mánager campeón debe estar orgulloso de su gran labor, pues dirigió con inteligencia y consciente de que enfrentaba a una tremenda escuadra: las Estrellas y un gran dirigente como lo es Fernando Tatis.
Comentó
Con razones de sobra para estar emocionado, Offerman me comentó al concluir el choque: “Leo, esta ha sido una victoria memorable”.
“He disfrutado muchos triunfos y todos los considero valiosos, pero los directivos, la gerencia general, los jugadores y esa noble y gran fanaticada azul, nos dieron un apoyo que nunca podré olvidar”, añadió.
También me dijo, que desde que salió la línea por encima de la cabeza de Robinson Canó, conectada por Mel Rojas, sabía que el Licey era el campeón.
Offerman recordó grandes momentos de su carrera como jugador y otras facetas de los Tigres del Licey.
José Offerman puede dormir tranquilo. Hizo un gran trabajo.
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.