El amor por la patria, la disciplina, entrega y la unidad de los jugadores fueron determinantes para que el equipo de República Dominicana (Tigres del Licey) conquistara la corona de la 65 versión de la Serie del Caribe, que se celebró con rotundo éxito en Caracas, Venezuela.
La consideración la emitió José Offerman, mánager de la escuadra quisqueyana, tras lograr el país la corona 22 y el Licey la 11.
El capataz de los dominicanos indicó que había un enorme deseo de todo el personal del seleccionado nacional de regresar a su patria con el trofeo de campeón.
Respeto
Offerman, quien recibió amplios elogios de expertos, periodistas y directivos del Licey por la unidad que mantuvo entre los jugadores dominicanos, reveló que eso fue el origen del respeto y la amistad con los peloteros y el personal técnico del seleccionado criollo.
Estrategia
Comentó que desde que salió de Santo Domingo a Caracas, había una estrategia de que César Valdez lanzara dos partidos, incluyendo el final, si el equipo llegaba a esa instancia.
Elogia
Offerman no se cansó de resaltar la gran labor en el Clásico Caribeño del serpentinero César Valdez.
“Ese es un lanzador de gran valor y tiene muchas garras. Hay que reconocer su calidad y conocimiento del juego”, manifestó el piloto de los dominicanos.
Refirió que para el choque final se programó iniciar con César Valdez, luego Jonathan Aro, Fernando Abad y cerrar con Jairo Asencio.
Los cuatro cumplieron con el rol encomendado, “y nos sentimos orgullosos de ellos y todo el conjunto”.
Offerman entra como mánager en los libros de la historia del béisbol del Caribe. Ganó en el béisbol invernal dominicano y en la Serie del Caribe.