El huracán Beryl dejó una huella significativa en la costa Sur de la República Dominicana, especialmente en la comunidad costera de Palenque, San Cristóbal donde sus residentes y negocios se vieron directamente afectados por el embate de fuertes vientos y marejadas.
Los pescadores, como José Luis Brito secretario de la Asociación de Pescadores de Sabana Grande de Palenque, reportaron daños severos en sus embarcaciones. «Muchas fueron rotas o quedaron inoperativas debido al fuerte oleaje. Incluso los varaderos donde solíamos atracar las embarcaciones fueron destruidos por las olas», lamentó.
Franklin Ogando, propietario del restaurante De Pascual, sufrió daños considerables. «Veintiuna de nuestras mesas, hechas con paraguas de cana, quedaron totalmente destruidas. Estimamos pérdidas significativas, pero hay que esperar evaluar», explicó.
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Visita director Apordom
Jean Luis Rodríguez, director de la Autoridad Portuaria Dominicana (Apordom), visitó la comunidad para conocer de primera mano sobre los daños en el nuevo muelle turístico y pesquero, inaugurado el pasado enero. «El muelle sufrió embestidas severas por el oleaje, pero la estructura principal se mantuvo intacta. Estamos trabajando para reponer las maderas superiores y restablecer su funcionalidad lo antes posible», aseguró.
El mar, todavía embravecido, le dio tremendo chapuzón a Rodríguez, quien se había desplazado hasta el fondo de la estructura para observar su estado, a pesar del alto riesgo por el deterioro del decking.
El director de Apordom también habló de la situación de otros muelles en el litoral costero Sur: «En Boca de Yuma, una boya descontrolada impactó severamente el muelle, causando daños significativos en la estructura. En Azua, hubo daños menores en la superestructura del muelle, afectando principalmente la losa y algunos componentes estructurales», detalló.
Juan Miguel de los Santos, director de ingeniería de la Autoridad Portuaria Dominicana, añadió: «Estamos evaluando los daños en ambos muelles y coordinando las reparaciones necesarias. En Boca de Yuma, la boya desplazada por el fuerte oleaje fue responsable de los daños observados, mientras que, en Azua, los daños fueron localizados en la parte superior de la estructura del muelle».
Mientras que la boya de Palenque, reposa debajo del balcón de uno de los restaurantes a orillas de la playa. Los lugareños narran, todavía asombrados, como la tarde del martes “el mar se recogió en varias ocasiones”. Algunos aseguran haber visto, en el fondo descubierto, rocas de las que desconocían su existencia.
José Andrés Paulino, regidor local, mencionó el impacto en la vivienda de una familia en el barrio Canaán. «Las fuertes ráfagas de viento despegaron el techo de zinc de la vivienda, desplazando a una familia compuesta por la pareja de esposos y tres niños. Afortunadamente, no hubo heridos graves ni pérdidas humanas».
José Alessandro Advíncula Pérez, intendente general del cuerpo de Bomberos de Sabana Grande de Palenque, destacó la preparación y respuesta ante la amenaza del huracán. «Gracias a Dios, aunque se esperaba un impacto mayor, las medidas preventivas tomadas por las autoridades locales mitigaron los efectos. Limpiamos cañadas y canales agrícolas, preparándonos para lo peor, aunque afortunadamente no llegó», señaló.
Ni muertos ni heridos
A pesar de los daños materiales significativos, las autoridades locales y los residentes coincidieron en un sentimiento de alivio al no reportarse víctimas mortales ni heridos. «Gracias a Dios, solo hubo daños materiales y mucho esfuerzo de limpieza por delante», concluyó Advíncola Pérez.
Daños a hotel
En el complejo turístico Coconut Paradise Residence, a orillas de Cocolandia, en playa Palenque, se observó una palmera derribada por el viento, además de daños al tendido eléctrico y la fibra óptica, según su administrador José Marcos Maceo.
En el recorrido de las autoridades por la zona se cuentan, además, la gobernadora Provincial, maestra Pura Casilla, y el alcalde Jesús Manuel Valera.