Durante su tercera rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional el presidente, Luis Abinader, propuso a los partidos políticos un pacto en busca de llegar a un consenso que comprometa a los principales actores de ese ámbito con una respuesta unánime en la protección de la defensa de la soberanía nacional.
Sin embargo, tras la primera reunión sobre el pacto encabezada por el mandatario con este propósito varios de los principales partidos de oposición no estuvieron presentes en el encuentro y otros que sí participaron en el primer acercamiento con este fin han revelado que no pretenden seguir participando.
A pesar de que el llamado del presidente para el pacto fue abierto y público el pasado 27 de febrero los partidos de la liberación dominicana y revolucionario dominicano, PLD y PRD, respectivamente, aseguraron a la opinión pública que no recibieron una invitación formal a este encuentro, mientras que la Fuerza del Pueblo asegura que se retirará del diálogo porque en la primera reunión el mandatario no presentó ninguna propuesta concreta o documento que estableciera claramente la línea a seguir.
El PLD y la FP son las principales fuerzas opositoras del oficialismo representado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), es decir, son estas entidades partidistas las que pudieran convertirse en alguna especie de obstáculo para el pacto y cualquier intención del presidente Abinader sobre este tema, esto tomando en cuenta su representación en el Congreso Nacional.
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Es por esto que, el presidente Abinader durante su alocución llamó a los partidos comprometerse con este pacto y dejar a un lado su lucha partidista y unirse así la visión del Gobierno que ha sido duramente criticado por organismos internacionales en los últimos meses por su accionar en contra de los inmigrantes ilegales y su posición frente a la crisis haitiana y la responsabilidad que endilga a la Comunidad Internacional.
«Por eso, les pido a todos responsabilidad para apartar el problema haitiano de nuestra lucha partidista y que lleguemos a un gran acuerdo nacional, a un pacto de país, que nos comprometa desde nuestras posiciones y que dé una respuesta unánime en la defensa y la protección de nuestra soberanía», dijo el presidente Abinader en aquella ocasión.
La idea de Abinader, para este pacto, según lo expresado en su discurso, es presentar un frente unido y adoptar políticas de Estado que no sean rechazadas por los diversos sectores nacionales con el fin de enfrentar las consecuencias para el país de la situación haitiana.
Posibilidades de pacto
No obstante, este objetivo parece alejarse de la posibilidad de concretarse debido a la posición de la Fuerza del Pueblo que ya dijo que se retiraría del diálogo y el PLD y PRD no han confirmado su asistencia aún.
De su lado, la Fuerza del Pueblo y su líder, Leonel Fernández, establecieron recientemente que la gran cantidad de haitianos en el país pudiera convertirse en una amenaza para el país, al tiempo que llamó a la comunidad internacional a componer una fuerza militar para reestablecer el orden en el vecino país.
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Mientras que el Partido de la Liberación Dominicana se limitó a decir que el tema es una responsabilidad del Poder Ejecutivo, quien es que tiene que presentar soluciones a la vez que aseguró que como organización no perdería el tiempo participando en diálogos que no lleven a nada como los celebrados en el Consejo Económico y Social (CES).
Sin embargo, el mandatario indicó claramente que lo que buscaba con este llamado era asumir una agenda a corto, mediano y largo plazo para enfrentar la «Desnacionalización de los mercados y la sobrecarga de servicios públicos esenciales».
«República Dominicana en todo lo relacionado con Haití y sus crisis, debe tener una posición unificada o del más amplio consenso», agregó.
«En lo inmediato, adoptar un mecanismo de consulta permanente, que no necesariamente debe ser formal, oficial y público, pero si debe ser confiable, efectivo y ágil, entre los actores políticos y nacionales principales, para asegurar que las decisiones importantes o sensibles relacionadas con la agenda de las relaciones insulares y sus vinculaciones con la agenda de poderes foráneos y organismos internacional, tengan el más amplio consenso y las mayores garantías de implementación», dijo también el mandatario.
En palabras más llanas, el presidente Abinader busca contar con el apoyo de la oposición a sus acciones futuras frente a los cuestionamientos que estas pudieran originar, lo que no parece que logrará debido a las posiciones de los principales representantes de la oposición que pudieran utilizar el tema como arma proselitista.