Este lunes, Faride Raful asumió oficialmente la dirección del Ministerio de Interior y Policía, marcando el inicio de una nueva etapa en la gestión de la seguridad ciudadana en la República Dominicana.
A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), la ministra dio a conocer los cuatro ejes fundamentales que guiarán su gestión, destacando su enfoque en una convivencia basada en el respeto a la ley y el orden.
Raful expresó su firme compromiso de mejorar la seguridad y el orden público en el país, señalando que el primer eje de su plan será la modernización de la gestión de la seguridad.
«Utilizaremos las herramientas tecnológicas para incrementar las capacidades de respuesta, interconectando las diferentes agencias (Policía, DIGESET, Migración, entre otras) en la labor de prevención y persecución en todo el país», manifestó,.
El segundo eje de su plan se centrará en la construcción comunitaria del orden. Raful destacó que su ministerio desarrollará programas de vinculación social y educación a través de juntas de vecinos, clubes deportivos, asociaciones barriales, iglesias y otras organizaciones.
«Es nuestra meta que la sociedad sienta que desde este ministerio la seguridad la construimos todos», afirmó.
El tercer eje abordará la eficientización de los servicios ofrecidos por el ministerio. En este sentido, Raful aseguró que se trabajará para reducir los tiempos de espera, eliminar la intermediación y las trabas burocráticas, con el objetivo de que cada ciudadano reciba una respuesta rápida y de calidad.
Finalmente, el cuarto eje se enfocará en la articulación interinstitucional efectiva para la gestión del orden. La ministra Raful señaló que, en conjunto con la Policía Nacional, el Ministerio Público y la Dirección General de Migración, entre otras entidades, se promoverá una política firme de persecución al delito, respaldada por recursos humanos capacitados y con mayores competencias.
Con estos cuatro ejes, Faride Raful inicia su gestión con la visión de construir un país más seguro y ordenado, donde cada ciudadano se sienta parte activa en la construcción de una convivencia basada en el respeto mutuo y la legalidad.