La nueva sensación de los Tigres del Licey, Elly de la Cruz, se está disfrutando como el que más sus primeros días de experiencia en la pelota dominicana, pero no olvida las dificultades por las que atravesó para firmar y convertirse en uno de los principales prospectos de los Rojos de Cincinnati.
“Se siente bien estar aquí hoy, dándolo todo por el Licey, después de haber pasado por duros procesos para llegar hasta aquí”, expresó De la Cruz.
El recién electo Jugador Más Valioso de la primera semana de la actual campaña de la Lidom no quiso entrar en muchos detalles sobre lo vivido hace unos años, previo a su fichaje, sin embargo manifestó con un profundo suspiro: “pasé de todo antes de conseguir que me firmaran”.
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El nativo de Sabana Grande de Boyá, Monte Plata, señaló que para él y su familia las cosas se tornaron incómodas y tortuosas por las condiciones en las que vivían para ese entonces.
“Antes de la firma todo era difícil. Sabes que las cosas por momentos se complican para firmar y más para uno cuando viene de una familia con muy bajos recursos”, dijo Elly, a quien le apodan “La Cocoa”.
“Es una historia larga, pero en verdad fue un proceso difícil, pero le doy gracias a Dios porque estoy aquí y sigo luchando por un sueño pero ahora mejor que antes”, siguió diciendo la nueva sensación como jugador de los azules.
Dejó claro que las prendas y vehículos que posee en la actualidad, solo son cosas materiales, “son parte del flow”, y sostuvo que lo que más le llena es saber que tiene a sus padres consigo y en condiciones mejores que en el pasado.
“Lo que hago en el terreno es para ellos (sus padres)”, declaró el joven infielder de 20 años.
Licey
Elly de la Cruz, por su recio inicio en la presente campaña, ha sido el centro de atención de quienes dan seguimiento al principal pasatiempo nacional.
“No siento presión por nada de esto, de estar provocando y recibiendo tanta atención”, indicó De la Cruz, al preguntársele si tantos flashes sobre él, no le causa la presión de no fallar.
Sobre jugar en el béisbol invernal dominicano, consideró que es algo impresionante y “bacano”.
“Es impresionante y emocionante jugar cerca de la gente de uno y sobretodo frente a la fanaticada del Licey”, destacó el espigado jugador de seis pies y cinco pulgadas, quien al mismo tiempo señaló que es una grata experiencia estar al lado del también prospecto Ronny Mauricio.
De la Cruz admitió que ser parte del Licey es exigente.
“Estas letras (Licey) pesan mucho. Es un orgullo llevarlas en mi pecho”, reveló La Cocoa.
Expresó que su mayor deseo como jugador, además de llegar a Grandes Ligas, es ayudar a los Tigres a conquistar una corona.
Se declaró ser sangre azul (liceista) desde niño.