Los conflictos en Ecuador, Gaza o la escalada en el Mar Rojo, son el reflejo de un cambio en la geopolítica, atizado por las diferentes territoriales e ideológicas, tanto internas como externas, a lo largo y ancho de todo el mundo.
Esta situación mantiene al mundo bajo una especie de estrés colectivo que agudiza con el paso de los días y algunos incluso, han activado las alarmas sobre la posibilidad de un posible conflicto internacional, debido a la gran cantidad de frentes abiertos en la actualidad.
Las guerras entre Israel y Palestina, o la de Rusia y Ucrania, afectan no solo a estos territorios, sino que también su impacto se ve reflejado en otras partes del mundo, en una sociedad cada vez más cercana e interconectada.
Para entenderlo, debemos conocer la génesis de estos enfrentamientos y como impacta a otros países como la misma República Dominicana, pese a encontrarse a miles de kilómetros, afectando de manera negativa la vida y economía de los ciudadanos.
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Gaza y Mar Rojo
Es así como, por ejemplo, el conflicto en Gaza, tras los ataques del grupo paramilitar Hamás a Israel, atiza una de las guerras más cruentas e inhumanas de los últimos tiempos, en la que las víctimas, en su gran mayoría civiles, atraviesan el umbral de las 25,000, según los reportes de los organismos internacionales.
Aunque la base de este conflicto es territorial, ideológico, político y religioso, ha involucrado a otras naciones como Los Estados Unidos, Irán y algunos países del bloque arábico, quienes financian de una u otra parte esta guerra, que superó los 100 días de combate.
Todo inició con el atentado fe Hamás el 7 de octubre pasado, en donde murieron unas 1,400 personas, quienes disfrutaban de un concierto, cuando un grupo de paramilitares entró a territorio israelí en parapentes, abriendo fuego contra los civiles, en un claro mensaje enviado a Israel.
Esto provocó que Tel Aviv respondiera con igual intensidad, atacando brutalmente la Franja de Gaza, bastión del grupo rebelde, pero donde millones de palestinos hacen vida, siendo asediados y obligados a abandonar sus hogares, mientras Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), avanzan sin piedad.
La crisis dio paso a otro gran evento que ocurre actualmente en el Mar Rojo, donde varios barcos mercantes han sido atacados por grupos en apoyo a Palestina, lo que provocó que Estados Unidos y Gran Bretaña bombardearan aldeas hutíes (un grupo anarquista con base islamista que opera en Yemen), como respuesta.
Desde finales de noviembre, varios barcos han sido afectados por los rebeldes, afectando la navegación y el tráfico, de una de las zonas claves para el comercio internacional, así como la conectividad de Oriente con Occidente, lo que ha hecho que se busquen nuevas rutas alternas, incrementando el tiempo y el gasto.
De este modo, si un barco zarpaba de Oriente y se tardaba 26 días en llegar a este lado del mundo, ahora, por la nueva ruta, tardaría entre una semana y semana y media más en llegar, lo que se traduce en un retraso para la mercancía que actualmente son despachadas desde esa zona del Globo terráqueo.
Expertos internacionales prevén que el conflicto, de continuar escalando, pudiera afectar el costo de los fletes, lo que representaría un incremento en la compra de mercancías, en momentos en que las naciones aún luchan contra la inflación heredada por la pandemia, pese a que ya arriba a su cuarto año y sus efectos han sido superados.
Ecuador en crisis
Daniel Noboa es el presidente más joven en la historia del Ecuador, e incluso, uno de los más jóvenes del mundo y ha tenido que enfrentarse a una de las crisis más agudas de la historia en el país andino, luego de que las bandas le declararan la guerra a su gobierno.
La semana pasada el caos se apoderó de Guayaquil y la capital Quito, las dos ciudadanes más importantes de la nación suramericana, donde la violencia se disparó, tras el escape de Adolfo Macías (Fito), líder de la banda los Choneros.
Fito iba a ser trasladado a una cárcel de máxima seguridad, cuando logró burlar los controles y fugarse el pasado domingo 7 de enero, lo que provocó que el presidente Daniel Noboa declarara un estado de emergencia por 60 días y dispusiera el envío de 3,000 efectivos policiales y militares, para dar con el paradero del criminal.
Sin embargo, el efecto logrado fue motines en cárceles, atentados en plena vía pública, secuestro de policías, así como casi 200 agentes penitenciarios hechos rehenes en varios centros penitenciarios.
Pero el punto más álgido se produjo cuando un grupo de hombres armados penetró a un canal de televisión, en momentos en que transmitían un programa en vivo y apuntaron a los presentadores y todo el personal de la empresa, generando un shock colectivo.
A la par, en algunas zonas de Guayaquil, Quito e incluso en la frontera, se registraban atentados simultáneos, según reportan medios locales, sumergiendo a la nación en un caos total, que motivó a que el presidente Noboa emitiera el decreto 111, en el que facultaba a las fuerzas militares y policiales perseguir y atacar a estas bandas criminales.
Luego de varios días de combate, los rehenes fueron liberados y el gobierno parece retomar el control, aunque continúa la amenaza de que la crisis pueda volver a estallar en cualquier momento.