Tan inusual como que la izquierda asuma las riendas de Colombia, es la amenaza que pone contra la pared ese mismo gobierno, cuya estabilidad se tambalea, por un escándalo de infidelidad, traición y corrupción.
Este lunes 7 de agosto se cumple justamente un año de la llegada al Poder del presidente Gustavo Petro, quien tuvo que luchar en un feroz balotaje, para lograr que un gobierno socialista decidiera los destinos de la nación suramericana por primera vez en su historia.
Sin embargo, el primer aniversario de Petro, llega con su mandato entre las cuerdas, por la infidelidad de su hijo a su exesposa, quien por venganza, destapó una supuesta red de corrupción orquestada por el vástago del mandatario colombiano.
Nicolás Petro es el hijo mayor del presidente Gustavo Petro y hasta este domingo, diputado de la Asamblea Departamental del Atlántico, curul a la que tuvo que renunciar por el proceso que se le sigue en su contra.
El primogénito presidencial es acusado de recibir de manera ilícita cerca de 2,000 millones de pesos colombianos, unos US$496,376 dólares, por parte de sectores ligados al crimen e incluso a ex narcotraficantes, para el financiamiento de la campaña presidencial de su padre el año pasado.
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El escándalo ha causado gran revuelo en un Colombia, que tiene otros problemas por resolver, mientras desde el palacio presidencial, se buscan acuerdos con la oposición, para poder ejecutar su plan de gobierno.
Todo esto, luego de que la exesposa de Nicolás Petro, Daysuris del Carmen Vásquez (Day Vásquez), descubriera una infidelidad de su esposo y tras una turbulenta ruptura, hizo público el supuesto entramado ilícito.
Day Vásquez, quien también enfrenta a la justicia por violar la privacidad de Nicolás, habría tomado la decisión de sacar a la luz las interioridades de la presunta trama delictiva, luego de hacerse pública la nueva relación del hijo del mandatario, con Laura Ojeda, su actual esposa.
Esta crisis, que parecería más farandulera que política, sin embargo, amenaza la estadía de Gustavo Petro en la Casa de Nariño (palacio de gobierno), debido a que estos aportes habrían sido para financiar la campaña de su actual mandato.
A pesar de que Nicolás ha afirmado que el dinero nunca llegó a su destino final, la nube negra mancha la administración, que en solo un año, se enfrenta a su primer gran reto, sobrevivir a un escándalo de infidelidad de proporciones inimaginables.
Actualmente la fiscalía lleva un proceso abierto contra el hijo del gobernante y expareja, quienes guardan prisión desde la semana pasada.
Mientras, el presidente Gustavo Petro ha reiterado que no pretende inmiscuirse ni interferir en la justicia, deseándole suerte a su hijo, quien aparentemente deberá enfrentar solo el proceso.