A los Angelinos, no importa si de California, de Anaheim o Los Ángeles, muy pocas veces la suerte les ha sonreído, aunque no han faltado los esfuerzos de sus dueños por tener un equipo ganador.
La franquicia debutó en Liga Americana en la estación de 1961 y 41 años después conquistó su único título mundial (2002) en memorable serie frente a los Gigantes de San Francisco, en uno de los mejores clásicos estatales celebrados en el Big Show.
El uniforme de la Gran A ha sido vestido por luminarias como Rod Carew, Reggie Jackson, Nolan Ryan, Dave Winfield, Vladimir Guerrero, Albert Pujols, Mike Trout y más recientemente Shohei Ohtani.
Algunos de ellos ya son inmortales, otros en camino y uno es el pelotero más extraordinario que ha pisado un diamante en este siglo.
Sin embargo, en poco más de 60 temporadas, los partidos de playoffs de los Angelinos se pueden contar, 64 juegos en 14 series de postemporada con marca de 4-10.
El 8 de julio del 2011 debutó Mike Trout, quien rápidamente se convertiría en el mejor jugador en la historia de la franquicia. En diciembre de ese año el conjunto dio un megacontrato a Albert Pujols, quien llegaba desde San Luis cargado de todos los lauros posibles en 11 años de carrera.
La combinación de Trout, ganador de Novato del Año en el 2012 y tres premios de Jugador Más Valioso (2014, 2016, 2019), no aportó un triunfo en postemporada y su “éxito” se redujo a una serie divisional perdida 0-3 ante los Reales en el 2014.
Ningún movimiento para llevar pitcheo a Anaheim ha funcionado hasta ahora. El equipo apartó como dirigente al ícono Mike Scioscia, pero Joe Maddon, considerado en un momento como gurú, fracasó estrepitosamente en el puesto de mánager y quizás jamás vuelva tomar otras riendas.
El 9 de diciembre del 2017 la gerencia contrató al japonés Shohei Ohtani, quien en poco tiempo ha conquistado los premios de Novato del Año y Más Valioso, y hoy es uno de los rostros del béisbol.
Sin embargo, el junte de Trout y Ohtani tampoco ha dado resultados positivos en la tabla de posiciones. Este año los Angelinos volverán a jugar por debajo de .500 y lo peor es que Trout, con el segundo salario más alto del juego y firmado hasta el 2030, descenderá de su obelisco de gloria, pues una extraña condición de salud lo afecta.
Eso no significa el final de la carrera del superastro, pero es casi seguro que sus tormentosas molestias en la espalda impidan que esté en el terreno por el tiempo que quisiera y difícilmente pueda volver a jugar al nivel que lo hemos visto durante sus 12 campañas en el Big Show cuando se ganó el indiscutido título de “El mejor” a pesar jugar con dolor en muchas ocasiones.
Ahora aparece en los medios estadounidenses la posibilidad de que el nipón Ohtani pueda cambiar de franela.
Ojalá que así ocurra, pues sería muy doloroso que en el punto más alto de la carrera del oriental que no podamos verlo competir contra los mejores pitchers del negocio y también versus los mejores bateadores de poder en las más elevadas instancias y que su espectáculo sólo se circunscriba a la Carpeta Roja del Juego de Estrellas.
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Trout no ha podido lucirse en las profundidades de octubre y quizás nunca lo haga.
Que duro sería que nunca pudiéramos ver a Ohtani lanzando y bateando en Series Divisionales, de Campeonato y en el Clásico de Otoño.