Kiev(EFE).- Sin posibilidades inmediatas de volver a recuperar territorio en el frente y en medio de la incertidumbre sobre la continuidad de la ayuda de EEUU, Ucrania entra en el tercer año de la guerra con el riesgo de perder el entusiasmo y la unidad que ha mostrado la sociedad desde el principio de la invasión.
“La gente está cansada y las expectativas no se están cumpliendo”, dice a EFE Andrew Chernousov, vicepresidente del Instituto para las Investigaciones Sociales de Járkov.
Chernousov atribuye este estado de ánimo a la fatiga que provoca el alargamiento del conflicto, pero también a los pronósticos demasiado optimistas con que políticos y jefes militares ucranianos han tratado de mantener alta la moral de la población.
Leer: Encapuchados toman sede principal Colegio Abogados
“Los políticos sugerían que la guerra terminaría pronto, con mensajes como que (la península ocupada de) Crimea podía volver a manos de Ucrania el pasado verano. Evidentemente, no se han cumplido”, señala el experto, que aboga por una comunicación “más franca y abierta” para cimentar la confianza de los ciudadanos.
Expectativas incumplidas
El sociólogo alude asimismo a las expectativas que se crearon entorno a la contraofensiva ucraniana del pasado verano, que se agotó en otoño sin conseguir los avances esperados, dando paso a una nueva fase de la guerra en la que Rusia lleva la iniciativa y trata de aprovechar su superioridad en personal y munición para ganar más terreno.
“La gente está decepcionada y empieza a buscar culpables dentro del propio bando”, explica Chernousov, que hace referencia a la pérdida de popularidad del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en las encuestas.
El cese este mes del respetado general Valeri Zaluzhni como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas parece ser una de las causas de la caída en los sondeos del presidente, que decidió prescindir del militar después de que ambos discreparan repetidamente en sus declaraciones sobre la situación en el frente.
Chernousov no ve un motivo de preocupación en el relevo de Zaluzhni por el general Oleksandr Sirski, que dirigió la defensa de Kiev al principio de la guerra y la operación de otoño de 2022 en que se liberaron los territorios conquistados por Rusia en la región oriental de Járkov.
“A la gente le gustaba Zaluzhni, sí, pero no creo que sea una tragedia porque todos entendemos que no era el único a cargo del Ejército”, afirma el sociólogo.
A vueltas con la movilización
Más espinosa parece la cuestión de la movilización. Con la nueva ley sobre reclutamiento debatiéndose en el Parlamento, miles de varones ucranianos en edad militar temen ser enviados al frente contra su voluntad para suplir las bajas del Ejército.
“Es un asunto sensible; ningún proceso de reclutamiento satisfará a la gente porque en estos momentos no es algo popular”, dice el sociólogo.
Leo Litra, experto del Centro Nueva Europa de Kiev, coincide en apreciar una cierta fatiga provocada por las consecuencias de los retrasos en la ayuda militar de EEUU y Europa, que han obligado a Ucrania a pasar a la defensiva y a resistir las embestidas rusas ahorrando toda la munición posible.
Una cuestión de suministros
Para Litra, el ánimo de los ucranianos cambiará a mejor inmediatamente si el armamento vuelve a llegar con la fluidez de antes y las perspectivas mejoran en el frente: “Mucha gente no quiere ser reclutada porque sabe de las carencias del Ejército en este momento; esto cambiaría si se aprobase el paquete de EEUU y la industria europea se movilizase”.
El experto del Centro Nueva Europa ve en la llegada este año de los aviones F-16 prometidos a Kiev un motivo de optimismo para Ucrania.
“En 2022 hubo resultados por tierra, en 2023 resultados en el mar, y 2024 puede ser el año de los resultados en el aire. Ésta es en estos momentos la visión de Ucrania”, explica.
Sobre las percepciones internacionales respecto a Ucrania, Litra ve una tendencia a la exageración que afecta a la estabilidad de la asistencia que se ofrece a Kiev.
“La opinión pública y la comunidad internacional va de un extremo a otro en su apreciación del potencial de Ucrania. En el primer año de guerra, cuando consiguió muchos resultados en el frente, muchos lo sobrevaloraron y creo que en el segundo año se ha minusvalorado”, concluye el experto.