Los Juegos Olímpicos de París 2024 serán “respetuosos con el clima”, afirman los organizadores. La Copa Mundial de fútbol masculino de 2026, que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá, será el torneo “con menos emisiones de carbono de la era moderna”, si las tres naciones cumplen sus promesas.
El Mundial de Qatar termina el domingo, pero ¿qué pasará con los compromisos climáticos que hizo este país del Golfo — como su promesa de un acontecimiento “neutro en carbono”— y que fueron fundamentales para que la nación del Golfo rica en hidrocarburos albergara el torneo?
Las diferencias reales entre los países anfitriones afectan la contaminación de un evento frente a otro. El tamaño de un país, cuántos estadios construye, si el transporte público llega a los lugares de los eventos y qué tan limpia (o sucia) es la red eléctrica, todos son factores que influyen en el impacto climático.
Pero científicos, defensores del medio ambiente y otros expertos afirman que los megaeventos deportivos como la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos han alcanzado tal magnitud que los esfuerzos por hacerlos más sostenibles deben ir mucho más allá de lo que ha hecho Qatar.
“Tenemos que cambiar la estructura de estos eventos”, advierte Walker Ross, investigador de deportes y sustentabilidad en la Universidad de Edimburgo. “Y eso significa tener que tomar algunas decisiones difíciles sobre dónde se pueden alojar y quién puede alojarlos”.
Puedes leer: Di María, con el grupo para final con Argentina
INFRAESTRUCTURA EXISTENTE
Qatar construyó siete estadios y reformó otro para la Copa del Mundo. Construcciones como estas generan muchas emisiones de carbono, que permanecen en el aire durante más de un siglo, cambiando el clima. Y los inmuebles fueron apenas una fracción de lo que construyó el emirato para albergar el principal evento del fútbol internacional. Qatar sostiene que pasado el torneo, desmantelara por completo un estadio.
En cambio, ya existen todos los estadios que albergarán los partidos del Mundial de México, Estados Unidos y Canadá en 2026. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París 2024 dicen que el 95% de las sedes provendrán de infraestructura temporal o ya existente.
Encontrar potenciales anfitriones de una Copa del Mundo que ya tengan la infraestructura es más fácil que para unos Juegos Olímpicos, sostiene Andrew Zimbalist, profesor de Economía en el Smith College en Massachusetts, quien ha escrito varios libros sobre la economía de los megaeventos deportivos.
Los Juegos Olímpicos de verano pueden requerir más de 40 lugares para eventos, afirma Zimbalist, “y no son lugares que se usen normalmente” después. “Es mucho más simple organizar la Copa del Mundo”, asegura.
ANFITRIONES PERMANENTES
Otra idea: establecer sitios fijos para los Juegos Olímpicos y otros eventos a fin de evitar la construcción de infraestructura costosa que a menudo no se usa pasados los juegos, como los estadios que quedaron en Sudáfrica, Brasil y Rusia, antiguos anfitriones de la Copa del Mundo.
Algunos expertos dicen que de esa manera los países podrían organizar juegos simultáneamente, lo cual podría potencialmente reducir las distancias que los fanáticos viajan para asistir a un torneo, una fuente importante de emisiones para cualquier evento.
El Comité Olímpico Internacional está analizando la idea de un grupo fijo de países anfitriones para los Juegos Olímpicos de Invierno. A principios de mes, el organismo deportivo dijo que tomaría más tiempo nombrar un anfitrión para los juegos de 2030.
Rotar los juegos “entre un grupo de anfitriones” también podría ser una forma de responder al desafío de encontrar sitios adecuados para los juegos de invierno en un planeta donde la nieve confiable es cada vez más difícil de encontrar.
Te puede interesar: Mbappe y Messi amigos en el PSG y enemigos en Catar
LOS VIAJES
Es esencial reducir la distancia que viajan los fanáticos a los países anfitriones, advierte Arnaud Brohe, director ejecutivo de la firma de consultoría climática Agendi y experto en mercados para la disminución de emisiones de carbono.
Qatar insistió en que su Copa del Mundo sería sostenible en parte porque su tamaño relativamente pequeño significaría que los aficionados no tendrían que viajar grandes distancias entre partidos, pero miles de fanáticos han tenido que alojarse en la vecina Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, a unos 45 minutos en avión, debido a la falta de hoteles y otros hospedajes en el emirato.
Y esas distancias podrían verse superadas por la distancia que viajarán los fanáticos y los equipos durante la próxima Copa del Mundo, donde los juegos se llevarán a cabo en ciudades de América del Norte tan distantes entre sí como Houston, Los Ángeles, Toronto y Ciudad de México. En la oferta por el torneo de 2026, los organizadores dijeron que intentarían “agrupar” las rondas eliminatorias para minimizar los viajes.
MÁS PRECISIÓN a la Copa Mundial
“Luego de que el último prometió ser ‘neutral en carbono’, no quieres ser el país con una oferta que diga ‘el medio ambiente realmente no es tan importante para nosotros’”, explica Ross, de la Universidad de Edimburgo.
Los expertos dicen que estos planes se basan demasiado en promesas conocidas como “compensaciones de carbono” para neutralizar las emisiones. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París dicen que compensarán las emisiones que no podrán evitar, como las producidas por los aficionados que viajarán de otras naciones a Francia.
Dichos mecanismos prometen contrarrestar la contaminación pagando por absorber carbono en el subsuelo, plantar árboles o evitar de plano la emisión de gases de efecto invernadero, pero no está claro si algún organismo deportivo o regulatorio hará un seguimiento de los planes después de un evento. Y muchos expertos en carbono siguen sin estar convencidos de las compensaciones de carbono.
“Cuanto más tengamos ese pensamiento orientado a las bandas adhesivas sanitarias, menos avanzaremos”, afirma Danny Cullenward, un economista especializado en energía y abogado que estudia las emisiones de carbono. “Es un problema común, tanto si se sitúa el evento en un país muy contaminante como en uno muy poco (contaminante)”, agrega el residente en California.
Zimbalist cree que los organismos deportivos deberían ser más honestos en sus esfuerzos por ser sostenibles, en lugar de usar etiquetas como “climáticamente positivo” o “neutral en emisiones de carbono”, que indican que un megaevento deportivo tendrá un impacto insignificante o nulo en el clima, lo cual es imposible.
“Una forma más precisa de decirlo sería que son menos negativos, no que sean positivos”.