El ministro de Turismo ha expresado públicamente su preocupación por el incremento notable del precio del boleto aéreo. Un encarecimiento que según el responsable del Mitur va a tener una repercusión negativa en el turismo de República Dominicana. David Collado apuesta por incentivar la competencia con el fin de agilizar los costos.
Collado puso como ejemplo el alto coste de un vuelo desde Houston a RD: 1,500 dólares según le transmitió un agente de viaje. Es caro desde la capital de Texas como lo es desde otros aeropuertos cercanos y de medio y largo recorrido. La pandemia ha traído este desenfreno de altos costes.
Cómo agilizar la competencia es lo que el ministro de Turismo tiene que explicarnos. Las aerolíneas han subido los precios porque se han visto obligadas a ello por los aumentos de los costes de producción. Y en este escenario el Gobierno dominicano, como cualquier otro gobierno, tiene un papel nulo de intervención.
Sólo en la reducción de las tasas aeroportuarias podrían terciar los funcionarios de RD, y ello es poca cosa, insignificante, dentro del coste total de los precios. Ni en el mercado del combustible ni en los salarios a la baja, los dos ejes básicos de la cadena de producción, pueden meter baza. Alzar la voz, aunque con razón, es de una ineficacia plena.
Y se recuerda al respecto que las ayudas del Mitur, es decir, el Gobierno, a las aerolíneas resulta contradictoria: no se puede subvencionar a compañías que luego no repercuten las asignaciones con fondos del Estado en los precios de los boletos. Un asunto sin duda a revisar en futuros convenios de colaboración.
Un distinguido intelectual dominicano se viene quejando del altísimo precio de la clase business de la principal aerolínea española entre Madrid y Santo Domingo: más de 5,000 dólares. La premium y la turista también es elevada. Imagínense cómo serán los costes cuando se fusionen las dos grandes compañías españolas.
Las tarifas de Copa ya eran muy elevadas antes de la pandemia. Y ahí sigue la aerolínea panameña con sus precios al alza en vuelos que además hacen escala obligada en el hub de Tocumen. Arajet ha venido a socorrer a los pasajeros dominicanos con sus precios competitivos y trayectos directos. Es una incógnita saber hasta dónde pueden aguantar perdiendo dinero.
Collado y el Gobierno del que forma parte están en un bucle con esta situación tan compleja de los precios elevados de los boletos: poco o nada pueden hacer para remediar un problema que atañe a los dominicanos y a los turistas. Volar se ha convertido de nuevo en un artículo de lujo.