Desde el inicio del actual mandato gubernamental, el Poder Ejecutivo fijo su mirada en la zona sur del país para aprovechar sus riquezas turísticas. Con este fin, ha dispuesto una serie de acercamientos empresariales, un fideicomiso y captación de recursos internacionales para desarrollar la ambiciosa obra.
La última decisión gubernamental, enfocada en Pedernales, consiste en debatir en el Congreso Nacional un proyecto de ley para crear la Corporación Turística Cabo Rojo, una propuesta que busca, entre otras cosas, una asociación entre el Estado y el sector privado para desarrollar y operar las infraestructuras de servicios, hoteleras y turísticas en la provincia sureña.
Así lo contempla el proyecto legislativo y lo explicó Sigmund Freund, titular de la Dirección General de Alianzas Público-Privadas (DGAPP), quien valoró la importancia de la iniciativa al detallar que ayudará a que el sector privado confíe en el proyecto turístico de Pedernales sin el temor de que algún gobierno de turno lo abandone o haga modificaciones a la propuesta original.
Confirmó que, aunque hay por lo menos tres hoteles que estarán listos en el segundo trimestre del 2024, la fase completa de la obra podría tardar hasta 20 años, un tiempo en el que el país verá pasar varios gobiernos y mandatarios.
“Este vehículo (Corporación Turística) tiene que estar alejado de las particularidades de la política, porque no podemos tener un proyecto turístico que cambie cada cuatro años según los deseos del presidente de turno”, sostuvo Freund al defender la unión del Estado con el sector privado para desarrollar la obra.
Vehículo legal
Como expuso Freund, la burocracia estatal frenaría muchas ideas que tiene el Gobierno para Pedernales. La sociedad comercial que se quiere impulsar sería un vehículo legal para manejar la obra con aportes privados.
Aunque ya existe un fideicomiso y sus respectivas adendas, el funcionario explicó que el empresariado no puede entrar en el fideicomiso ya que el contrato es meramente público (Estado y Banco de Reservas), por lo que, para recibir aportaciones privadas, se hizo necesario proponer una sociedad comercial para que ejecute la operatividad del proyecto “porque el Estado no puede encargarse de eso día tras día”.
Avances del proyecto
Para el desarrollo del plan, el Gobierno dominicano acreditó a dos grupos: uno internacional compuesto por empresas portuguesas y mexicanas, y otro con capital local.
En las construcciones y readecuaciones para lanzar el turismo en el sur ya se han invertido alrededor de 320 millones de dólares que, según precisó Freund, se han invertido en carreteras, subestaciones eléctricas, plantas de tratamiento, sistema residual de aguas negras y tres hoteles que se levantan con mano de obra dominicana, en su mayoría.
Para la ejecución de las obras también se contemplarondos temas esenciales: la electricidad y el agua, según Diario Libre.
Según el director de Alianzas Público-Privadas, la zona de Pedernales tiene agua asegurada hasta por 25 años. Para demostrar la veracidad del dato, el funcionario dijo que se realizaron cuatro estudios en conjunto con instituciones estatales. Los análisis arrojaron que la zona cuenta con agua suficiente para suplir a más de 18,000 habitaciones hoteleras en más de dos décadas.
El suministro de energía eléctrica es otro asunto al que también se pone atención en la obra ya que, como lo confirmó el propio Freund, Pedernales ha sufrido interrupciones eléctricas hasta por cuatro días.
Para evitar esta limitación en el proyecto turístico, se contempla que la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED) convierta la energía de alta a media tensión para los complejos hoteleros.
También se construirá un parque eólico que, en conjunto con otras medidas, también beneficiará a toda la zona residencial de Pedernales.
Visión medioambiental
Sigmund Freund sostuvo que los hoteles que se construyen en la zona sur tendrán cuatro y cinco niveles de altura y, en total, albergarán 4,700 habitaciones en la primera fase de la obra.
Como señaló el funcionario, las edificaciones se hacen a una distancia de 160 metros, como mínimo, alejadas del mar con el fin de respetar las normativas medioambientales y preservar los recursos naturales de la localidad.