El tiempo es nuestro mejor amigo y el que mejor que nadie nos enseña la sabiduría del silencio”.
Amos Alcott
“El tiempo no sólo cura sino también reconcilia”.
Cecil Beaton
El club Atlético Licey se trazó una meta.
El glorioso conjunto azul tenía cinco años sin ganar el título.
La directiva de los bengaleses, con Ricardo Ravelo a la cabeza, estaba consciente de la importancia de lograr el campeonato en el que se disputaba la Copa Banreservas.
Hubo una inteligente estrategia de grupo: directivos, el cuerpo técnico, comandado por José Offerman, y por otro lado, Audo Vicente, que tomaron en cuenta cada uno de los detalles para la conformación del equipo.
Hay que dar crédito a varios jóvenes, encargados de las redes y los espacios de transmisiones de radio y televisión que hicieron un excelente trabajo.
Todos tenían un solo objetivo, bien definido: Licey campeón.
Ravelo Jana, comandante de la tropa azul, se encargó de dar seguimiento a la estrategia trazada, a través de los accionistas, directivos y asesores de la escuadra añil.
Todos se declararon enemigos de la improvisación. Mantuvieron un constante diálogo y en ocasiones hubo ideas encontradas, pero al final, la estrategia dio sus resultados y la fanaticada del llamado glorioso: hace sancocho, canta, baila, ríe, goza y “da cuerda” a sus contrarios a nivel nacional.
Todos sabían que la tarea no era fácil, pues Águilas, Escogido, Estrellas, Gigantes y Toros, conformaron buenos equipos en busca de la corona. La fanaticada dominicana cada día es más exigente y eso obliga a los directivos de los equipos a hacer mayores inversiones y a tener una estrategia, tal y como lo hizo, “el equipo azul”, como dice Franklin Mirabal.
Offerman
La dirección del Licey decidió continuar con Offerman como mánager, pues en la temporada 2021-2022, concluyó haciendo una buena labor con la escuadra y supo hacer una química de grupo, que tarde o temprano iba a dar buenos resultados.
Offerman, un hombre del béisbol a carta cabal, fue evaluado por la directiva azul y quienes dieron su voto de confianza para que él continuara al frente de los bengaleses, demostraron tener visión y mucho conocimiento.
Offerman logró la corona 23 de los Tigres, pero tuvo que ser muy fino en sus estrategias, pues él mismo me manifestó en varias entrevistas que el equipo de las Estrellas era un trabuco y Fernando Tatis una superestrella como dirigente.
El capataz azul cumplió con la directiva del Licey, manejó hábilmente el cuerpo de lanzadores, motivó a sus jugadores y logró que su ofensiva respondiera en los momentos oportunos.
Audo
El gerente general del Licey jugó un papel preponderante. Hizo las contrataciones adecuadas con excelentes resultados. Igualmente, su cuerpo técnico hizo buenas escogencias en el draft para la semifinal y serie final.
Hay que destacar que Audo y Offerman hicieron un buen dúo.
Ambos fueron de gran valor para que el conjunto capitaleño levantara el trofeo de campeón (Copa Banreservas), dedicado a un ícono del béisbol: Tomás Troncoso Cuesta, uno de los más fieles seguidores de la enseña azul, que hoy celebra en el Cielo con orgullo que su glorioso equipo ganara el título 23.
Bonifacio
Emilio Bonifacio, el gran capitán de los campeones, fue alma y corazón de los Tigres del Licey en todo momento.
Motivó a sus compañeros y jugó una de sus mejores temporadas desde que ingresó a las filas de la escuadra azul.
¡Salve campeones!
hasta mañana, si dios quiere, dominicanos.