El pasado 17 de mayo, Arecoa.com se hizo eco de un secreto a voces en el sector turístico pero que los medios de comunicación habían ignorado. Los fuertes desencuentros entre los accionistas de la Ciudad Destino Cap Cana, se filtraron en una serie cartas que uno de los accionistas mayoritarios, Abraham Hazoury dirigía a los propietarios del Proyecto Punta Palmera.
En esa nota de este periódico, titulada Problemas en el Paraíso, se detallaban los documentos y las acusaciones que el Sr. Hazoury lanzaba contra su hermano Fernando Hazoury y denunciaba el intento por parte de éste de hacerse con la explotación comercial de las áreas comunes del complejo, afectando, según explicaba, los intereses de los propietarios y de la Ciudad Destino. Las cartas alertaban de esos movimientos ante una futura junta de propietarios.
Pero el 2 de junio, hace apenas cuatro días, los hermanos Fernando, Ricardo y Mary Carmen Hazoury Toral se dirigen, también por carta, a «toda la comunidad de la Ciudad Destino Cap Cana» calificando de «mensajes exagerados, vergonzosos y dañinos» esas comunicaciones que, a su pesar, terminaron por hacerse públicas.
En su carta lamentan que las acciones de ‘un único accionista estén enturbiando los logros obtenidos por el Consejo de Administración, los ejecutivos del grupo y los colaboradores’. Los tres firmantes son poseedores de «la mayoría decisoria de las empresas que gestionan, desarrollan y administran la Ciudad Destino Cap Cana», afirman en su comunicación.
El conflicto familiar, lejos de calmarse, parece recrudecerse.
En esta carta del 2 de junio los hermanos Fernando, Ricardo y Mary Carmen Hazoury tampoco ahorran severas críticas ni un lenguaje crudo para defender su posición. Dice textualmente: «Como interesados, al igual que ustedes, en el bienestar de la comunidad, debemos ser transparentes y sinceros al revelar que aunque nuestro hermano se quiere presentar en su rol favorito como defensor y salvador de todos los habitantes de Cap Cana. La realidad es que su objetivo principal y su meta final no es otro que el de evadir lo dispuesto en los estatutos sociales que nos rigen y otros acuerdos formales firmados por los cuatro hermanos y socios».
Cap Cana se dirige, de acuerdo a lo expresado en la misiva, a establecer un gobierno corporativo conformado por siete miembros, de los cuales tres serían consejeros independientes especializados. Los accionistas fundadores salen de los consejos de administración quedando solo en su rol de accionistas.
La carta dirigida a la comunidad de propietarios y relacionados de Cap Cana expone claramente que para los hermanos Fernando, Ricardo y Mary Carmen Hazoury, la postura de su hermano Abraham está motivada por su renuencia a institucionalizar la gobernanza del grupo y superar la fase de empresa familiar.
«Comportamiento errático»
Pasan los hermanos a detallar lo que califican de «comportamiento errático, incoherente, agresivo, desproporcionado, autodestructivo…» algunas de las acciones ocurridas en los últimos años en contra de incluso de empresas que operan en Cap Cana, instituciones educativas, y proclamaciones difamatorias contra ejecutivos, socios y colaboradores de las empresas del grupo.
Los problemas, pues, siguen en uno de los destinos más pujantes del polo turístico del Este dominicano. Los firmantes de la carta del 2 junio no contestarán más, explican, «a la saga de múltiples, injuriosas y retorcidas misivas» que asumen que seguirán recibiendo.