Los brokers inmobiliarios siguen dando que hablar. También los que venden parcelas para uso hotelero. El negocio de la intermediación continúa siendo controvertido. Incluso en la polémica hay que incluir a los que operan bajo el paraguas de las multinacionales y franquiciadas.
Pocos son los que realmente ejercen con responsabilidad. Buscan la comisión a toda costa, dejando a un lado el buen asesoramiento de sus clientes. El de los brokers es un mundo sin regular, y, por tanto, sin control.
Ahora quieren cobrar hasta de los bancos que financian o ingresan el dinero de las operaciones que se llevan a cabo. Así tal cual, sin pudor. Y, claro, con los bancos se han topado, que son poderosos precisamente por dedicarse al movimiento del money.
Los brokers crecen en República Dominicana a una velocidad vertiginosa. Probablemente sea el país donde más brokers hay en el mundo. Levantas una piedra y aparecen decenas de brokers. Y los hay de todo tipo y condición. Es un sector mayoritariamente femenino.
Algunos brokers se prestan a operaciones opacas. Venden apartamentos de proyectos dudosos. Promociones que llevan mucho tiempo anunciándose y que ni siquiera han comenzado el movimiento de tierra. Las autoridades tienen trabajo.