El mercado binacional entre la República Dominicana y Haití por Dajabón, se reactivó este viernes, luego de permanecer tímido toda la semana, a consecuencias de las intensas protestas antigubernamentales, que registra el vecino país y con la que diversos sectores exigen la salida del primer ministro Ariel Henry del poder.
Desde que las puertas abrieron a las 8:00 de la mañana, cientos de comerciantes haitianos y dominicanos reactivaron de manera amplia el intercambio bilateral, proceso que inició con el trabajo de supervisión y validación por parte de los miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre “CESFronT”.
Para ingresar a territorio dominicano, los militares verifican los datos y el estatus migratorio de los solicitantes, utilizando equipos para la obtención de datos biométricos, como forma de garantizar la seguridad en la zona.
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Sin embargo, aunque la zona que comunica a Juana Méndez en Haití, con Dajabón en la parte oriental, se ha mantenido en calma en los últimos días, las autoridades han reforzado este territorio para evitar el ingreso ilegal de haitianos, así como para salvaguardar la frontera.
En la víspera, el ministro de Defensa Carlos Luciano Díaz Morfa, aseguró que la situación que atraviesa el vecino país no representa peligro para la República Dominicana, ya que toda la línea limítrofe ha sido reforzada, para evitar cualquier tipo de eventualidad, producto de la crisis interna que atraviesa Haití.
Se recuerda que esta semana los bloqueos de calles, el incremento de la violencia y manifestaciones antigubernamentales, han hecho que Haití entre al límite de la inestabilidad, que se cierne como una amenaza para la República Dominicana y la región.
Haití pasó de ser el primer país en conseguir su independencia en el Caribe, sin embargo, su desarrollo se ha visto frenado, básicamente, por la lucha de poder y la división de clases sociales, realidad que se ha reflejado en el desequilibro político, que ha registrado durante toda su historia republicana.
Pero aunque el vecino país pareciera estar acostumbrado al caos y el desorden, que trae consigo la falta de gobierno legítimo, en esta ocasión pudiera afectar no solo a lo interno, sino que se coloca al borde de una guerra civil, con la amenaza de que sus consecuencias, atraviesen las fronteras.