La fecha del 3 de enero de 2024, pasará a la historia del deporte colombiano como una efeméride funesta, luego que Neven Illic, presidente de la Organización Deportiva Panamericana, anunciara la revocación de la sede de los Juegos Panamericanos 2027, a la ciudad de Barranquilla.
Como era de esperarse, la pérdida de la sede que fue otorgada a Barranquilla en agosto de 2021, ha traído implicaciones políticas, y desde ya, los partidos que hacen oposición al presidente de Colombia, Gustavo Petro, han calificado al gobierno de negligente y se han ido más lejos aún, al abrir la posibilidad de que la ministra de Deportes de Colombia, Astrid Rodríguez, sea interpelada por el congreso colombiano.
¿Qué es lo que realmente ha pasado desde que se le otorgó la sede a Barranquilla en el 2021 para la vigésima versión de los Juegos Panamericanos? En honor a la verdad, las autoridades colombianas no han cumplido con los compromisos y acuerdos a que habían llegado con Panam Sports, esencialmente con la entrega de 8 millones de dólares, requisito imprescindible para dar luz verde al montaje del evento continental.
Aunque las autoridades de Panam Sports tienen como posibles sustitutas a las ciudades de Asunción y Sao Paulo, pienso que es preferible, otorgar un perdón a las autoridades de Barranquilla, pues de acuerdo a su alcalde, Alejandro Char: ‘’ todo fue un impasse de Hacienda y ya se tiene el dinero a mano’’
Es un secreto a voces que el presidente Gustavo Petro, consciente de que está en presencia de un escándalo que impacta negativamente su gobierno, ya le ha solicitado a su homólogo, el presidente chileno Gabriel Boric, ‘’ que le piche ese juego’’ con el también chileno, Neven Illic, presidente de la Organización Deportiva Panamericana.
Aunque para algunos será indeclinable la decisión de los jefes de Panam Sports, a mí no me extrañaría que con la entrada al ‘’ juego’’ del presidente chileno, se produzca una vuelta de tuerca, como diría el novelista: Henry James y los juegos retornen a la carnavalesca ciudad de Barranquilla.
Al momento de escribir estos párrafos, el afamado escritor y político, Gustavo Bolívar, sostenía una dura polémica con el congresista Ameth Escaf, que acusa al gobierno de Petro de negligente por la pérdida de la sede, mientras el exsenador Bolívar, defiende a capa y espada el gobierno de Gustavo Petro.
Por: Ramón Rodríguez
[email protected]