«Debemos reconsiderar otros precedentes», tras fallo sobre el aborto.
Esa opinión, emitida este viernes por el juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Clarence Thomas junto a su voto por revocar Roe vs. Wade, el fallo histórico que protegía el aborto en el país, ha hecho que muchos se pregunten qué otros derechos están ahora en riesgo.
En concreto, instó al tribunal a valorar las sentencias de Grisworld vs. Connecticut (1965), que garantiza el derecho a la anticoncepción; Lawrence vs. Texas (2003), que legalizó en todo el país las relaciones sexuales consensuadas entre personas del mismo sexo; y Obergefell vs. Hodges (2015), que reconoce el derecho constitucional al matrimonio igualitario.
Dijo que la Corte Suprema tiene el deber de «corregir el error» establecido en esos precedentes y añadió: «Tras anular estas decisiones manifiestamente erróneas, queda la pregunta de si hay otras disposiciones constitucionales» que protegen los derechos que establecen.
Aunque el juez Samuel Alito ya desestimó que el fallo del Supremo de este viernes vaya a dar directamente lugar a la reversión de otros derechos constitucionales.
«Parece que nuestro disentimiento (con Roe vs. Wade) cuestiona (las sentencias de) Griswold, Eisenstadt, Lawrence y Obergefell. Pero hemos declarado inequívocamente que nada de esta decisión debe entenderse como una puesta en duda de los precedentes que no conciernen al aborto», aclaró. Es algo que ya se incluía en el borrador que se filtró en mayo y hacía prever que era inminente el fallo que finalmente se emitió este viernes.
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El juez Thomas dijo que estaba de acuerdo con eso, pero señaló en su justificación que la mayoría de la Corte encontró que el derecho al aborto no era una forma de «libertad» protegida por la cláusula del debido proceso de la 14ª Enmienda a la Constitución.
Dicha doctrina del Derecho estadounidense permite a los tribunales poner límites a la actividad legislativa cuando afecta a «la vida, la libertad o la propiedad», y Thomas instó a revisar los otros precedentes en base a ella.
«Nadie puede asegurar que la Corte terminó su trabajo»
Por eso mismo, los tres miembros del ala liberal de la Corte Suprema, los jueces Stephen Breyer, Elena Kagan y Sonia Sotomayor, ya pusieron en duda que existan garantías para los otros derechos constitucionales.
«Nadie debería estar seguro de que esta mayoría (conservadora de la Corte Suprema) ha terminado con su trabajo», escribieron los tres liberales que conforman la minoría este viernes.
«El derecho que Roe y Casey reconocieron no está solo. Por el contrario, la Corte lo vincula desde hace décadas con otras libertades asentadas en torno a la integridad corporal, las relaciones familiares y la procreación», expusieron.
«Lo más obvio es que el derecho a interrumpir un embarazo surgió directamente del derecho a comprar y usar métodos anticonceptivos. A su vez, esos derechos llevaron, más recientemente, a los derechos a la intimidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Todos son parte del mismo tejido constitucional, protegiendo la toma de decisiones autónomas sobre las decisiones más personales de la vida».
El presidente, Joe Biden, lanzó la misma advertencia el 3 de mayo, cuando se refirió al borrador de la decisión de la Corte Suprema filtrado: «Si se mantuviera la justificación de la decisión tal y como se emitió (en el borrador), estaría en cuestión toda una gama de derechos».
Sin embargo, el juez Thomas firmó la opinión en solitario. Y habrá que ver si los otros jueces conservadores concuerdan con él sobre los anticonceptivos y el matrimonio igualitario, como lo hicieron sobre el aborto.
En ese sentido, Lawrence O. Gostin, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown que se especializa en leyes de salud pública, advierte que tachar a Thomas de «lobo solitario» es un error. «Ahora que la mayoría en la Corte ha destruido los cimientos sobre los que se construyó Roe, los otros derechos bien podrían venirse abajo», le dijo a la agencia AP.
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Y citó otra área legal polémica — el derecho a portar armas— como ejemplo de las consecuencias que el fallo de este viernes podría tener sobre otros derechos constitucionales.
Al dictaminar la Corte que la Segunda Enmienda de la Constitución —que protege el derecho a poseer y portar armas sin que ningún gobierno pueda restringirlo— aplica a los individios, explicó Gostin, la Corte Suprema anuló un precedente de larga data. En aquel entonces, 2008, el juez Antonin Scalia dijo que la decisión no afectaría a otras regulaciones relacionadas.
«Pero la promesa no duró», añade el experto, en referencia a la decisión de este jueves de ampliar el derecho a portar armas.
Por eso Gostin cree que «la decisión (de revocar Roe vs. Wade) es mucho más extrema de lo que los jueces están tratando de hacer ver». «Significa que no puedes considerar a la Corte Suprema como un árbitro de las garantías constitucionales, porque están actuando como guerreros culturales».
En ese sentido, Keith Bybee, vicedecano de la facultad de derecho de la Universidad de Syracuse, le dijo a BBC Mundo que el fallo de este viernes puede poner patas arriba la amplia percepción pública sobre la Corte Suprema.
Durante décadas, las encuestas han mostrado que la mayoría de los estadounidenses considera que el alto tribunal es una de las instituciones más confiables del país, apunta Bybee. Sin embargo, la decisión sobre Roe vs. Wade «afianza a percepción de que es una institución partidista».
«Ahora la impresión no es que es un tribunal medio político, sino totalmente político», dijo. Lo que ocurrió este viernes «no es diferente de lo que verías en el Congreso, por ejemplo».
Y el ver a la Corte Suprema como una institución política y partidista conducirán, según el experto, a una mayor presión por la rendición de cuentas y el cambio. «Habrá más presión para asegurarse de que la composición de la corte pueda cambiar más rápidamente para reflejar las perspectivas políticas cambiantes en el país».
«No es una deidad suprema»
Por su parte, Jim Obergefell, quien fue el demandante principal del caso Obergefell vs. Hodges—el que llevó a legalizar el matrinomio igualitario— y hoy candidato a la Cámara de Representantes de Ohio, criticó este viernes al juez Thomas por sus comentarios.
«Clarence Thomas es un juez de la Corte Suprema designado por humanos, no una deidad suprema», dijo. «Los millones de parejas que tienen derecho al matrimonio igualitario para formar sus propias familias no necesitan que Clarence Thomas les imponga su retorcida moralidad individual», añadió.
La opinión emitida por Thomas, un juez conservador nominado a la Corte Suprema por George H. W. Bush en 1991, es justamente aquello que los activistas a favor de los derechos reproductivos y LGBTI habían estado temiendo.
Los defensores del derecho al aborto han advertido repetidamente que si caía Roe, el derecho a la anticoncepción y al matrimonio entre personas del mismo sexo serían los siguientes en anularse.
«Es por eso que esta decisión (la de anular Roe vs. Wade) es superalarmante, incluso si no te importa nada el aborto. Es por eso que todo el mundo debería preocuparse por esto», le dijo BBC Mundo Grace Howard, experta en criminalización del embarazo de la Universidad Estatal de San José en California.
«Lo que este fallo deja claro es que la mayoría de la Corte Suprema piensa que si un derecho no está explícitamente establecido en la Constitución, no es parte de la historia y (que si no es parte de) ‘la tradición de la nación’, lo que sea que eso signifique, no puede ser reconocido constitucionalmente en la actualidad como un derecho».
«Es innegablemente dejar el futuro de nuestro país en lo que creían entonces unos hombres, viejos, blancos en el siglo XVIII donde las mujeres no tenían ninguna importancia, más allá que cuidar a los hijos y preparar la cena».
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Hasta ahora muchos opositores al aborto que lucharon duro para anular a Roe habían insistido en que no tienen ningún interés en tratar de revocar el derecho a la anticoncepción.
En esa línea, Kristen Waggoner, la directora legal de Alliance Defending Freedom, que ayudó en la defensa legal del caso de Misisipi que llevó finalmente a que la Corte Suprema anulara Roe vs. Wade, dijo este viernes que la decisión deja claro que «terminar con la vida humana es distinto a cualquier otra cuestión».
Pero Paul Dupont, portavoz de la organización antiaborto American Principles Project, adelantó que los conservadores ven con optimismo el potencial «para futuras victorias sobre cuestiones culturales».
Mientras, estados como Misuri ya han tratado de restringir el acceso a la anticoncepción al prohibir el financiamiento público para ciertos métodos como dispositivos intrauterinos y la llamada píldora del día después.
Y algunos republicanos, en particular la senadora Marsha Blackburn, de Tennessee, han dicho que el caso Griswold, que garantiza el derecho a la anticoncepción, se decidió por error. A principios de este año, Blackburn calificó el caso Griswold como «constitucionalmente poco sólido«.