Un viernes cualquiera, encontró a decenas de personas tomando alcohol, compartiendo y bailando hasta más no poder, retando al candente sol que les hacía sudar sin control, pese a la visible pobreza que se refleja en la popular 42 de Capotillo.
Es que el arte no conoce de estratos, marginalidad u opulencia y puede germinar en cualquier terreno, sin importar cuan lacerada esté la percepción generalizada.
Conocido como uno de los barrios “más calientes del Distrito Nacional”, Capotillo encontró en el baile, una forma de mostrar su realidad al mundo.
Artistas como Bad Bunny o el cineasta dominicano José María Cabral, se han interesado en promover todas las realidades que esconde la 42 de Capotillo, una zona que tomó notoriedad durante la pandemia, por las constantes fiestas clandestinas, así como un peculiar baile que incluye muecas y la manipulación de navajas de acero con la lengua.
Por muchos años esta zona capitalina fue conocida por ser un enclave del crimen, donde las drogas, la prostitución, la violencia e inseguridad, eran parte del día a día de su gente.
Sin embargo, hoy, aunque todavía su realidad sigue siendo compleja, se muestra al mundo como una corriente alterna, que busca hacer del “barrio calentón”, una especie de “Comuna 13” en Medellín, el poblado que pasó de ser uno de los lugares más violentos de Colombia, a referente mundial de arte y la cultura.
Aunque en Capotillo todavía es normal ver personas armadas hasta los dientes, borrachas o incuso drogadas, deambulando por sus calles, la meta de sus comunitarios es clara, y consiste en transformar su realidad con base en el deporte y el arte.
Es allí donde entra en juego la labor que realizan fundaciones como el Instituto para el Desarrollo de las Artes y la Educación (INDARTE), que forma jóvenes en disciplinas como el teatro, la danza, el hip-hop, la pintura o el teatro, para mencionar solo algunas.
José Cuello, director ejecutivo del INDARTE y quien tiene más de 40 años de labor social, (20 de ellos en Capotillo), asegura que la calle 42 es un reflejo de los sectores vulnerables que “hallaron en el baile una forma de llamar la atención del mundo”.
“El tejido social de la 42 es el tejido social de todo Capotillo, es un tema de marginación”, entiende Cuello, quien afirma que el 99% de sus moradores “son gente buena, talentosa y trabajadora”.
“La 42 puede ser transformada en un sector de Capotillo con mejor suerte y no me refiero a temas de violencia o de abuso de drogas, realmente esos flagelos son parte de una sociedad empobrecida, de la falta de oportunidad, del olvido de los gobiernos”, afirma Cuello.
Asegura que lo que se debe hacer es “seguir transformando (Capotillo), para lograr que ese tejido social pueda mejorar sus condiciones de vida y lograr así los cambios necesarios que deben hacerse de forma colectiva.”
Esa transformación se refleja en la formación de jóvenes líderes, orgullos de su comunidad, quienes han encontrado en la música y la danza, el camino correcto para escapar de las tentaciones de la calle y representar sus raíces de manera digna.
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Este es el caso de Jean Carlos Adames Lora, director de la academia de danza LMC y Michael Jeral Marchena, músico percusionista, ambos, comprometidos con el desarrollo cultural de su “amado Capotillo”.
Tanto Adames Lora como Marchena, reconocen la importancia de continuar trabajando con la juventud del país, para garantizar que en el futuro, los sectores marginados del país exploten el talento que se desperdicia, por la falta de oportunidad.
“La clave es que las personas de afuera vean que Capotillo no es solo como lo pintan, sino que también hay mucho talento y personas buenas (…), la mitad de los estudiantes que tengo son de la 42 y son bailarines profesionales, así que no son solo las fiestas, sino que también se están formando en el área de la danza”, afirma Jean Carlos Adames.
Mientras que Michael Jeral, un artista nacido y criado en la zona, afirma que “los jóvenes de hoy en día se enfocan en lo que lo que más le presentan los medios que les rodean”.
En ese sentido, hacen un llamado a las autoridades para intervenir mediante el arte las zonas más vulnerables de la capital, especialmente Capotillo, ya que entienden que es la única forma de combatir la delincuencia y criminalidad.
Figuras del entretenimiento, especialmente del ámbito de la comunicación y la música urbana, como por ejemplo de Santiago Matías (ALOFOKE) y Bullin 47, nacieron y se criaron en Capotillo, son vistos como ejemplos para una barriada, que hoy busca hacerse sentir y cambiar su imagen, según resaltan comunitarios, quienes afirman que Capotillo es algo más que delincuencia y marginalidad.
Reforzamiento policial e intervención cultural
Luego del auge que ha tomado la calle 42, la zona ha sido reforzada con agentes de la Policía Nacional, para evitar que el constante flujo de personas y bullosas fiestas, tengan desenlaces negativos.
Esta misma semana la fiscal del Distrito Nacional informó que sólo en el mes de octubre se realizaron entre 15 y 20 allanamientos, que permitieron atacar el microtráfico.
Asimismo, a través de la Dirección General de Proyectos Especiales de la Presidencia (PROPEEP), que dirige Roberto Ángel Salcedo, realizan una labor de intervención que busca convertir la emblemática calle, en un punto de referencia cultural, no solo para la República Dominicana, sino también para la región, pero para eso, es necesario el involucramiento de toda la comunidad.