La provincia de San Cristóbal continúa sumergida en un estado de shock y desasosiego por la tragedia que dejó 11 muertos, 11 desaparecidos y 59 heridos tras la explosión de una fábrica de plásticos. La situación es peor para los familiares de los desaparecidos, quienes están desesperados por no tener información de sus parientes y se mantienen en total angustia en su afán de encontrarlos con vida.
La preocupación también alcanza a las autoridades municipales y gubernamentales, que se mantienen al tanto de lo que acontece. Ayer el presidente de la República, Luis Abinader, extendió su solidaridad con las familias por la terrible pérdida de sus seres queridos al hablar durante una rueda de prensa realizada en el Hospital Juan Pablo Pina.
«Será hecha una investigación para determinar el origen y las causas, repito, de este terrible accidente. Mientras tanto nos toca salvar vidas de los que han estado afectados y accidentados y lo vamos a hacer sin ningún límite de recursos para que cada vida humana que podamos salvar con la ayuda de Dios lo podamos hacer», manifestó.
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Indicó que todavía está en investigación lo ocurrido y que para hoy incluyó en las labores de búsqueda al J2 del Ministerio de Defensa junto a los equipos de bomberos, tanto de San Cristóbal como de Santo Domingo.
Reiteró que el Gobierno tiene presupuestos especiales de los cuales no se escatimarán recursos para utilizarlos en esta provincia, atender a los pacientes y que se retorne a la normalidad.
En las inmediaciones del hospital decenas de personas se abrazaban con desconsuelo por los heridos, y fallecidos, otros, solo fueron a mostrar apoyo a los familiares de quienes tienen parientes cuyo paradero ignoran.
Arropados por angustia
La desolación cubrió a los miembros de las familias que no sabían de lo suyos, quienes criticaban el no tener información de sus familiares desaparecidos como el caso de Natalie Nova quien explicó que su hija, Mariela Nova de 22 años, trabajaba en la empresa textil Toledo y al momento de la explosión estaba en el lugar.
Emmanuel de Jesús, de 59 años, es otro de los desaparecidos quien laboraba como motoconchista en los alrededores del siniestro y sus familiares han perdido contacto con él.
Francis Julián Mateo Encarnación, de 19 años de edad, es otro de los rostros que no han visto sus familiares luego de que el joven salió a trabajar en la veterinaria en la calle Padre Ayala, próximo al lugar del siniestro.
María Cáceres reclamó a las autoridades la búsqueda de su prima Nelsy Cuevas quien también perdió contacto con ella luego de salir a comprar unas telas en la tienda textil Toledo para tapizar unos muebles.
Rafael Solano estaba cerca de la zona donde ocurrió el hecho realizando un trabajo de ebanistería junto a un compañero cuyo vehículo fue encontrado totalmente quemado.
Igual, está desaparecida Ariendis Aquino, 23 años, cuyos familiares desde la explosión no saben de su paradero, lo mismo que los familiares de la señora Eridania Alcántara, también reportada extraviada.
Duelo por tres días
La Alcaldía declaró tres días de duelo en memoria de los fallecidos en la explosión ocurrida la tarde del lunes y también declaró como zona de desastre el lugar donde ocurrió la tragedia, informó el alcalde José Montás.
Balance hospitalario
El director del Servicio Nacional de Salud (SNS), doctor Mario Lama, informó que 13 personas continúan ingresadas en centros de la Red Pública, tras resultar afectados con heridas, traumas y/o quemaduras, durante la explosión.
En el Hospital Juan Pablo Pina, permanecen un hombre de 42 años con el 90% de su cuerpo quemado, un joven de 26 años y una mujer de 36, ambos con traumas, en condición estable. Ese lugar recibió seis cadáveres y otras dos personas perecieron allí.
En la Unidad de Quemados Pearl Fort, del Hospital Traumatológico Ney Arias Lora, seis personas ingresadas, cuatro masculinas y dos femeninas, entre 25 y 70 años con quemaduras entre un 20 y un 40%.
En el Hospital Pediátrico Hugo Mendoza, un adolescente de 15 años mantiene pronóstico reservado. Además le fue descubierta una hidrocefalia.