Quienes han dado seguimiento a la organización de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, saben que no exagero, cuando afirmo que se está a punto de hacer historia con el montaje de la justa regional, pues en verdad, ha sido una verdadera odisea, llevar a cabo este histórico evento, luego que Panamá y Puerto Rico le dieran ‘’bola negra’’ por razones económicas, pero, sobre todo, por razones de prioridad gubernamental.
Algunos entendidos daban como un hecho, que Luis Mejía Oviedo no tenía ningún chance de salir por la puerta grande, pues nadie quería montar ‘’los benditos juegos’’. No hay duda de que el ex presidente del COD, tuvo que emplearse a fondo y recurrió a dos presidentes jóvenes y populares que lo sacaron del agua cuando estaba a punto de ahogarse.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele y su hermano Yamil, ministro de Deportes, fueron convencidos por Mejía para asumir la sede de esta versión. Esa aprobación salvó el prestigio del presidente de Centro Caribe Sports, y hubo quienes manifestaron en la entidad encargada de montar el evento ‘’ que sólo Mejía podía lograr el montaje de la justa en estos momentos’’.
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En honor a la verdad, hay que consignar, que fue el presidente Luis Abinader, quien a través de su ministro Francisco Camacho, logró finalmente, salvar la justa, al aceptar que el país fuera subsede y acogiera como bueno y válido el montaje de siete disciplinas deportivas.
No quiero tocar el aspecto económico en estos momentos. Solo advierto que el país va a invertir más de mil millones en estos juegos, 2023 y 2026, sin garantía de que avancemos deportivamente, pues todavía carecemos de una política de Estado en el deporte.
Es un hecho. El Salvador y la República Dominicana están a punto de hacer historia. Si bien es cierto que Luis Mejía logró sus objetivos como líder regional, tendrá una deuda eterna de gratitud con el presidente Abinader, Francisco Camacho y José Monegro, presidente del Comité Organizador, Santo Domingo 2026, quien logró junto a su equipo de trabajo, algo que lucía imposible: acondicionar, junto al Ministerio de Deportes, todas las instalaciones en tiempo récord.
No todo fue color de rosa. Hubo momentos de tensión entre el Ministerio de Deportes y el Comité Organizador, Santo Domingo, 2026. Sin embargo, Camacho y Monegro actuaron con mucha madurez y lograron conformar una dinámica de equipo que tiene como norte la transparencia y cumplir con el compromiso contraído con el presidente Luis Abinader y el pueblo dominicano. Enhorabuena.
Por: Ramón Rodríguez
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