A fanáticos y medios los agrada el ejercicio de hacer la alineación que defendería los colores de República Dominicana en el próximo Clásico Mundial de Béisbol a celebrarse en la primavera del 2023.
Tarea difícil cuando se ejecuta con las posiciones reales y no con el acomodo “político” de colocar jugadores en puestos que no desempeñan en la actualidad para buscarle un espacio entre los nueve titulares.
Ya en el pasado hubo situaciones cuando Alfonso Soriano y Luis Castillo brillaban como intermedistas estelares en el 2006. Castillo facilitó las cosas, pues declinó la invitación, no asistió y dejó el espacio a Plácido Polanco y Ronnie Belliard, quienes acompañaron a Soriano.
También, Aramis Ramírez y Adrian Beltré eran antesalistas en el tope de sus respectivas carreras, pero el primero dio un paso al costado y Kojac se quedó como titular indiscutido de la esquina caliente de esa primera versión del certamen.
José Reyes y Hanley Ramírez eran torpederos premium en el 2009 cuando ambos estuvieron en el equipo nacional y también lo era Miguel Tejada, todavía en un punto alto de su juego y con todo el prestigio que lo rodeaba.
Ahora la situación se presenta entre tres antesalistas dominicanos de gran cartel y entre los primeros del negocio hoy: Manny Machado, José Ramírez y Rafael Devers.
Machado, quien cumplirá 30 años en julio próximo, está tejiendo una carrera de Salón de la Fama, pues antes de su fecha natalicia habrá llegado a 1,500 hits, cruza los 250 jonrones y se acerca a los 300 dobles.
Ha sido seleccionado al Juego de Estrellas en cinco ocasiones, tiene Guante de Platimum y Premio Defensivo Wilson, dos Guantes de Oro, Bate de Plata y tres veces ha estado en “Top 5” en la carrera por el JMV. En el Clásico de 2017 fue una de las principales figuras del cuadro criollo.
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Ramírez llegará a su tercera década el 17 de septiembre. Su dossier lo presenta con tres participaciones en juego de Estrellas, tres de Bates de Plata, tres veces en el “Top 3” para JMV y es considerado uno de los 10 mejores peloteros de las Mayores por su rendimiento a partir del 2016.
Devers, de apenas 25 años, es uno de los más recios artilleros del juego, una bestias que azota a los pitchers derechos y no respeta a los zurdos. Lideró las Mayores con 54 dobles en el 2019, cifra que podría igualar este año cuando será escogido para su segundo Juego de Estrellas y tienne un bate de Plata.
Para hacerlo cómodo, Machado, uno de los mejores defensores del béisbol, sería la mejor opción para estar en la posición 5; Ramírez, con experiencia como intermedista, pero toda una estrella en la antesala, se mudaría a la segunda base y Devers podría fungir como designado, nadie como él.
Desde luego, todo esto cae en el campo de la especulación del autor, pues serían situaciones con la que tendrían que estar de acuerdo los protagonistas, peloteros que en ocasiones responden a directrices de sus equipos y de los agentes cuando persiguen contratos de nueve dígitos.
¿Qué están poniendo sobre la mesa este año estos señores?
Machado, quien está poniendo los números esperados por los Padres cuando le dieron su contratazo, muestra .346/.422/.557 en bateo, OBP y slugging.
Es segundo en promedio de embasarse, segundo en bateo y tercero en OPS (.979), cuarto en anotadas (36) y segundo en hits (64).
Ramírez muestra una línea ofensiva de .292/.393/.632, primero en empujadas (52), segundo en OPS (1.025), slugging y extrabases (28), tercero en jonrones (13) y bases alcanzadas (108), otra vez cifras que permitirían colocarle en el top 3 de su circuito, situación en la que ha estado de manera corriente en el pasado.
Devers recorta .341/.371/.603, lidera en hits (73), dobles (21), XBH (33) total de bases (129), es segundo en anotadas (39) y cuarto en slugging.