Varios días han estado debatiendo sobre turismo en Punta Cana con ocasión de un consejo que comanda el dirigente de la OMT. Los analistas han hablado mucho de sostenibilidad, de instagram y de nuevas tendencias. Pocos expertos, prácticamente ninguno, y mucha política y todo lo que la circunda ha estado presente en este Foro.
De los que han hablado el único que sabe del sector turístico es el consejero delegado de Meliá. También entre el público había cualificados conocedores de la industria turística, como el visionario Rainieri y otros colegas, y compañeros dominicanos que acudieron como oyentes.
La puesta en escena, ciertamente, fue espectacular, y de cara a la política del Gobierno, un éxito. Pero para el exterior, escasa o ninguna repercusión. Los ministros que asistieron no pertenecen a nuestros mercados emisores. Lo que puedan decir en Maldivas sobre RD poco incide en el turismo del país.
En Google no aparece información alguna acerca de este consejo ejecutivo de la OMT celebrado en Punta Cana. Ni una sola nota en USA, ni en Canadá ni en los mercados latinos. Tampoco en los países emisores europeos. Es un consejo que jamás ha despertado interés en el mundo del turismo.
Los protagonistas de la industria turística, sus motores, sus lanzadores y sus defensores son los profesionales del sector: empresarios hoteleros, de la turoperacion, de las líneas aéreas, de las agencias, de la oferta completaría, etc. Es decir, la iniciativa privada. Luego, si aparece un político entregado a la causa, como ocurre en RD, bendito sea ese país.
A los influencers, a instagram, a las redes sociales se le está dando un papel preponderante en la industria turística. Si no hubiera hoteles, si no existieran aerolíneas, si no hubiera turoperadores y aeropuertos los instagramistas y sus colegas no tendrían nada que hacer. Darles a ellos el protagonismo en un Foro que se presenta como lo más de lo más es una exageración.
Esta bien que la OMT reconozca la labor del Gobierno y del Mitur. Abinader y Collado han tenido la habilidad de ir de la mano de los empresarios para convertir a RD en un país turístico ejemplar. Pero se trata de un logro del Presidente y del ministro en conjunción con Asonahores y los inversores. La OMT no promociona, no tiene eco. En la pandemia demostró su escasa por no decir nula fuerza.