Los Ángeles.- Con un demoledor y espectacular 35-9 en el primer cuarto, Los Angeles Lakers pusieron muy pronto los cimientos de su victoria ante los Memphis Grizzlies (111-101) y tomaron en esta serie (2-1) tras un partido en el que fue expulsado el controvertido Dillon Brooks.
Después de sus polémicas declaraciones en las que llamó “viejo” a LeBron James, Brooks fue recibido en Los Ángeles con abucheos desde el calentamiento por unos aficionados que pitaron todas y cada una de sus acciones antes y durante el encuentro.
Brooks tuvo una actuación muy discreta (7 puntos con un triste 3 de 13 en tiros) y además se fue a la ducha nada más empezar la segunda mitad tras darle un golpe en la entrepierna a LeBron.
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Por su parte, los Lakers firmaron una actuación muy seria y convincente, ofrecieron tramos de abrasiva intensidad defensiva y desarmaron a unos Grizzlies a ratos desconocidos por su vulnerabilidad y que sufrieron los 31 puntos y 17 rebotes de Anthony Davis y los 25 puntos y 9 rebotes de LeBron.
Cinco jugadores superaron los 10 puntos en un conjunto angelino cuyo único ‘pecado’ fue no cerrar el partido antes y dejarse llevar en el tramo final.
De poco sirvió en Memphis el mayúsculo regreso de Ja Morant, duda hasta última hora por su lesión en la mano y que fue el comandante de los visitantes acariciando un portentoso triple-doble (45 puntos, 9 rebotes y 13 asistencias) y metiendo 24 de los 33 puntos de su equipo en el último cuarto.
El español Santi Aldama aportó en los visitantes 6 puntos 2 rebotes. Este fue el primer partido de playoff de los Lakers con aforo completo en su estadio en 10 años.
Además, el 35-9 de los Lakers igualó la mayor diferencia (+26) en un primer cuarto en la historia de los playoff.
UN INICIO AVASALLADOR
Los Lakers desataron un vendaval arrollador desde el salto inicial. Con la afición muy metida en una noche con el aroma de las grandes citas, los locales bordaron un gigantesco 18-2 de salida con todas las piezas encajando a la perfección.
LeBron empezó con el cuchillo en la boca, Austin Reaves empezó a sumar como actor secundario y D’Angelo Russell se inventó un tres más uno, pero desde el principio brilló por encima del todo una impresionante defensa que dejó a los Grizzlies completamente paralizados.
La exhibición de los Lakers continuó de la mano de un Davis enorme bajo los aros con varios mates que reventaron el aro visitante y con un Rui Hachimura que entró al partido desde el banquillo con ganas de comerse el mundo. Las estadísticas reflejaron solo una parte del chaparrón que le cayó a Memphis en los doce primeros minutos.
Los Lakers dejaron a sus rivales por debajo de los 10 puntos, los Grizzlies se estrellaron con un ridículo 3 de 25 en tiros de campo (1 de 13 en triples), Jaren Jackson Jr. y Desmond Bane cerraron el cuarto cada uno con dos faltas y Taylor Jenkins tuvo que pedir tres tiempos muertos para intentar frenar -sin éxito- la fiesta de púrpura y oro.
El colmillo defensivo de los Lakers continuó en el segundo cuarto con una fabulosa serie en la que Troy Brown Jr. y Davis encadenaron dos tapones y Reaves cortó el ataque de Grizzlies con el público angelino completamente enamorado de su equipo.
Pero los Grizzlies reaccionaron aprovechando que los Lakers no podían mantener semejante ritmo los 48 minutos y Morant emergió con 12 puntos solo en ese cuarto para dejar a los Grizzlies muy vivos al descanso (53-37) pese a su 13 de 50 en tiros de campo en la primera mitad.
La expulsión de Brooks nada más empezar la segunda parte marcó un tercer cuarto de parciales para unos y otros. LeBron presumió de potencia a sus 38 años con dos soberbios mates y los Lakers estiraron su ventaja hasta el +21. Pero los Grizzlies, ahora con Bane y Jackson Jr. recuperados para la causa (11 puntos cada uno en el tercer periodo), no se daban por vencidos y llegaron a estar ‘solo’ 14 puntos abajo.
En cualquier caso, el protagonista del penúltimo periodo fue Davis, muy fino en la pintura y que maravilló con 15 puntos en ese cuarto para llevar a los Lakers al desenlace con una ventaja muy cómoda (88-68). Aun así, un Morant infatigable volvió a la carga una vez más.
El base metió 24 puntos en un último cuarto extraordinario y encadenó un triple con un dos más uno para situar a los Grizzlies solo 10 puntos abajo con tres minutos por jugarse, pero los Lakers no perdieron la calma y supieron cerrar el triunfo.